1 de octubre de 2011

Termíname



No vivo más, no en mi carne,
no en la lágrima de sabor añejo,
no en la densidad de esta niebla tierna
que alguna vez en mis mejillas se divirtió.
No, hoy no queda más calor bajo esta carne
que alguna vez ardió como hierro forjado,
en la que la pasión alguna vez posó.

En tus alas de muerte
encontré un exquisito alivio,
al fin pude cerrar los ojos
y mirar más allá del infinito.

Te entrego mis despojos, mi ser entero, 
mi única posesión que pudiera valer algo, 
renacen tus plumas de exquisito tacto,
renace el fulgor de tus ojos pardos, 
dame la vida al ser devorado
por el encanto de tus labios tiernos, 
que es mi anhelo por tí ser bebido,
y perecer tranquilo en tu regazo.

En tus alas de muerte
encontré un exquisito alivio,
al fin pude cerrar los ojos
y mirar más allá del infinito...

1 comentario:

  1. Hola Al, hay una historia muy bonita en este poema; la historia puede encajar en cualquier época, manejas el tema inmortal con suavidad y eso me gusta, es fascinante, te mando un abrazo grande y perdóname la ausencia, te me cuidas!!!!

    Este comentario es sobre el tema Vestigios piratas, no trabaja el enlace de comentarios.

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