26 de noviembre de 2009

Veritas veritatis




Hay poesías que subliman el sufrir,
que hacen que el dolor propio atraviese corazones,
poesías que laudan las almas perdidas,
aquellas que parten en sufrimiento,
aquellas que yacen inocentes en el laberinto real,
que propician el clima idóneo
de una historia de terror para niños y crédulos.
Hay poesías que alaban a los dioses,
tan sólo declamables en glorias y cánticos,
incuestionables palabras terricolas
que descienden desde los reinos de los cielos,
depositando esperanza y fe
en las almas de los débiles de mente.
Hay poesías que rayan en lo divino,
poesias que riman como los fractales,
otras tantas que aluden la belleza al punto de recrearla,
y otras que encarnan el deseo,
el jugo preciado de los bebedores de vida,
el veneno perfecto para los agonizantes románticos.
Hay discursos que ofrecen justicia y valor
al desposeido, al necesitado, al falto de fe,
discursos poeticos que elevan la moral
al grado de darle calidez a una patria falsa,
a un ideal falso.
Pero yo conozco la verdadera poesía,
aquella que no se lleva en el corazón,
pues tiene corazón propio.
Aquella que no causa ni exhala dolor,
pues el dolor mismo es su carne misma,
aquella que no pierde como el laberinto del minotauro,
pues es la mas brutal y cruel de las carceles,
la que no asusta al mas incredulo de los hombres,
pues es ardor puro y no lo necesita.
La que no se dedica a alabar a un dios falso,
pues su sola fragancia es digna de alabanza.
La que no es rima, ni simetría, ni cordura,
es entropía, es caos, un mar de salvajes formas.
La que no encarna la belleza, cosa insulsa,
pues llamarle Belleza es menospreciar su ser,
pues llamarle Deseo es desdeñar su culto.
La que me es tan prohibida, tan oculta,
que en letras no puede manchar al mundo.
Pero yo conozco la poesía prohibida,
que tiene cuerpo y aliento de mujer.

Θέλω να πεθάνω στα χείλη σας. Αλλά ξέρετε ήδη.

24 de noviembre de 2009




Estaba el Maestro azotando con una paleta las nalgas de su sumisa, pues ella había escogido su propio castigo, al rehusarse a autoinflingirse dolor. La enorme paleta de madera, mas el filo de los estoperoles, causaban un castigo bastante uniforme en la carne.

La sumisa, que no solía llorar, empezó a sollozar lentamente. El Amo, preocupado, pues no era costumbre de ella quejarse con castigos tan suaves, se detuvo y se volvió al frente, para preguntarle qué es lo que pasaba. Le preguntó, y dado que ella tampoco lo sabía, formuló la siguiente pregunta:

- Maestro, ¿Porqué la magia del dolor aparece y desaparece repentinamente, como ahora? ¿Porqué el dolor no solo muta en placer, sino tambien en odio, o incluso desidia?

El Maestro tampoco conocía la respuesta. En lugar de decir que no lo sabía, regresó a las nalgas y volvió a trabajar con la paleta. Pero el primer golpe, sobre la carne fría, fue tan punzante en la chica, que levantó el pie hacia atrás bruscamente, pateando con el talón la quijada de su verdugo. Él cayó al suelo, y luego de reincorporarse, su coraje era tan fuerte que pensaba en castigar más severamente a la chica. Pero ella no se había dado cuenta de lo que pasaba, y seguía sollozando. El Maestro se conmovió, y luego de unos instantes, volvió a su rostro, lo tomó con una mano, la hizo que lo viera, y finalmente contestó su pregunta:

- No es que el dolor mute en odio, o desidia. El odio y la desidia son sólo consecuencias de tu humanidad. El dolor sólo puede mutar a placer, y viceversa. El placer y el dolor son energía pura, la energía que te mantienen viva. El placer se presenta cuando esta energía se concentra, y el dolor cuando se disipa. Pero no olvides que es natural que la energía tenga que abastecer tu ser completo, que tengas que sentir un dolor intenso, para que puedas a volver a concentrar tu voluntad en el placer, en el juego eterno del ciclo del voluptas. Sólo respira, y deja que el dolor fluya. Ya volverá aquello que deseas.

Ella obedeció. Pudo dejar de llorar, mientras el Amo acariciaba las marcas y partes estratégicas de su cuerpo. Al cabo de un rato, la paleta volvió a resonar en la habitación, esta vez sumado con gritos de placer.

19 de noviembre de 2009

VOLVPTAS




Me hice a la tarea de definir el deseo.
Me hice a la tarea de buscarle,
quizá en donde no debía.
Me hice a la tarea de
plasmarlo en letras,
letras en extinción,
contradictorias a
la naturaleza
del deseo.

Extintas.




...



Una mirada inocente, o implacable.
Una espalda seductora, o acribillante.
Una nuca frágil, o consoladora.
Una mirada reciamente rimbombante.
Unas manos cálidas que llaman al arte
de explorar sus labios, el vacío distante
que en su ser oculta, su invitación a amarle
y registrar su esencia, y sufrir el desfase
del vano intelecto y la necesaria carne,
del volátil cuerpo y nuestras almas errantes,
del nacer en Horus y por Ra quebrarse.
Porque el deseo es impuro, y el deseo es intachable.
Porque mis odas son burdas, tercas e inconstantes.
Porque soñé que eres mía, aunque no seas de nadie.

Me hice a la tarea de definir el deseo.
Miré tu rostro, y desperté de mi sueño.

Para el alma maldita mas encantadora que conozco. Aunque esté de más decírselo.


15 de noviembre de 2009

delirio




ese maldito caballo... ya me cansaron sus ojos verdes relampagueantes... tomaré mi arcabuz y le dispararé zapatos... sí... zapatos... patearé su trasero con el poder de mi arcabuz... y quiza su sangre salpique... y pinte mis ropas tornasol, y asi ya no brillaran con esas pinches luces que salen de quien sabe donde... puede ser que hasta pueda ver de donde salen... las buscare, las cazare como los ratones huesudos y sonrientes y panzones que son... huele a su caca... caca de colores... las moradas comen carne, y las azules verduras... huele mas las de verduras... ya no hay carne para comer por aqui, por eso abunda la mierda azul... creo que comere un poco... la... mierda de raton de hueso azul sabe a chocolate, y la verde sabe a fresa... como los pollitos... los pollos de fresa me hacen rechinar los dientes... como los girasoles... me hacen rechinar los dientes y no es divertido porque es feo y porque las semillas parecen monjas y las hojas parecen voladores de papantla y parece que nunca me miran a la cara... nunca me habia dado cuenta que miran al sol... el caballo... el sol... que le ven esos pendejos girasoles al sol... lo unico que hace el cabron es mear sus lucecitas y manchar mi ropa de colores... huelo a caliente... huelo a sol... y esos ojos verdes relampagueantes... ahi esta el caballo... mi escopeta... donde esta... voy a arrancarme un diente y arrojarselo a ver si le doy al cuello y se desmaya y se cae y se desgarra el rostro cuando toque tierra y haga un dibujo bonito de arcoiris o una anj o una suastica o una carita feliz... lo que sea que deje de bueno el caballo en esta tierra infertil donde no salen mas que gatos que cogen y cogen todo el dia con los espantapajaros...




13 de noviembre de 2009

El cielo es para los débiles




¿Puede un alma profana divertirse con el martirio
de los rios de lava ardiente, y de heces, y de suplicio,
mientras mira al alma pura congelarse eternamente
en medio de las suaves nubes que del cielo se ha presumido?

El ángel y el santo, tiesos, con sus atuendos blanquecinos
estan cubiertos de luz, cegadora de borreguitos
que siguen incondicionales al Pastor, bastante estóico,
no sabe que el fuego infernal es cotidies para el que ha vivido.

La respuesta a la pregunta, es un Sí definitivo.


La fotógrafa, Judith Oppenheimer

9 de noviembre de 2009

Simbiosis Vampírica




Han pasado ya siglos, eras enteras en que conocí la calidez de tu mirada,
cálida, a pesar de las almas devoradas y los instantes de placer derrochados.
Cálida a pesar de que el pesar no resienta en tus espaldas,
incluso a pesar de que mis recuerdos sean ya vanalidades en tu existencia.
Recién creado, te perseguí y  aprendí contigo el arte de cazar.
Aprendí a desgarrar, a aspirar el aliento último, a degustarlo con cariño,
a hacerle el amor a la Muerte como jamás podríase con la Vida.
A violar a la Vida como jamás podríase a la preciosa Muerte.
La elegancia siempre fue una enquenque comparada con tu gracia.
Morir por tu mano era a la vez sueño, infierno y alabanza.
Me aniquilaste, terminaste con mi equilibrio, físico y mental.
Atrapaste mi alma en un cuerpo y en un pensamiento desafiantes,
contradicciones pueblan mi mente, agudos dolores mi pecho,
y no tengo la intención de exhalar el más minimo quejo.
Descubrí que mis palabras pueden destruir el multiverso,
si hago gala de algún poco convincente talento.
Descubrí que si escribo poesías, puedo bajarte al mundo de los muertos,
de donde escapas tras cada perfumado aliento,
Puedo poseerte, si quisiera, con sólo tres de mis versos.
Puedo del cuello sujetarte y herir tus sentimientos.
Puedo tomar tu aura más bella, y tragarla con el más cruel desdén.
Devoraría tus ojos desafiantes, y vería lo que tus víctimas ven:
hermosura grotesca, inmovilidad bajo la simpleza,
el alma propia fundiéndose con el amanecer,
condenada a morir eternamente, y tras el dolor de los días, caer.
Quisiera ser tú, impávida alma hambrienta,
tan solo, sólo si entender pudiera
porqué mi alma, tan simple, pero tan fiera,
no le basta a tu vorágine enferma,
y preferiste dejarme, a la postre, incompleto,
cazando, e hiriendo, cual asesino perfecto,
esperando llenar el hambre asquerosa
que en mi corazón reside, y que mi mente no ha resuelto.
Quisiera saber que te saciará, Origen perpetuo,
para ofrecértelo sin siquiera pensar en ello.
Quiero saber cuantas almas, asesina mía,
requerirás para saciar tu apetito maldito.
Cuanto dolor hay que extraer de la pureza,
cuanta sangre de las artes más bellas,
cuantas lágrimas del sagrado erotismo,
cuanta arte del sentimiento más mundano.
Solo díme que me liberarás de mi flagelante destino,
y te pagaré, hasta la Muerte prohibida, si es necesario.
Dime que terminarán para mí los llantos fríos,
y te daré mi corazón, por el odio y por el amor, cálido.
Sabré entonces, si debo seguir en el exilio, cazando,
o salir al Sol, y en un acto de fé, enjugarme en sus halos.
 
 

En la imagen, una hermosa Perla Negra.