10 de abril de 2013

sin(tau)


En el infierno dicen que arder debo
por atreverme siquiera a mirarte,
no es que sepa mirarte de otra manera,
la lascivia y la ternura amalgamadas.
No es que quiera siquiera intentarlo,
evitar la respiración entrecortada...
pues si yo, para tí, soy pecado,
quiero ser pecador contigo.

Puedo sentir hasta aquí el terciopelo
de tu sangre levitando por tu cuerpo,
que te enruta en multiversos cuando sube,
entre rayos gamma y sueños deliciosos,
y te somete brutalmente en tu vientre,
y en tus pupilas dilatadas me pierdes...
y es que ser tu pecado es excusa perfecta
para ser pecador contigo.

Quiero saber porqué te empeñas tanto
en lastimarme en cuerpo y alma, tan armónica,
porqué una simple petición tan bizarra
se convierte en una apasionada urgencia.
Eres pecado, pues algo tan hermoso
no me la creo, no puedo sentirlo tan... mío.
Dime, mein liebe, que soy tu pecado,
y seré gustoso un pecador. Contigo.