30 de marzo de 2009

Pedestal



Espero que no te zumben los oídos cada vez que me despierto por las noches tan sólo para maldecir tu nombre.

Espero que seas capaz de encontrar aquello que siempre has buscado y nunca tus sentidos te han permitido discernir.

Espero que tu alma pueda encontrar sosiego y alivio a ese dolor que, sinceramente, no creo que jamás hayas sentido.

Espero que nunca te desprendas de esa emotiva utopìa, porque soñar es lo único que te permite desplazarte en el mundo real.

Espero que nunca caigas, porque estás tan arriba y eres tan dura que si pasara eso, te fracturarías y no tendrías remedio.

Espero que no muereas pronto, pues aún  tienes muchas dulces lágrimas para derramar sobre esas frías mejillas, tan sólo ruborizadas por tu encanto finito.

Espero morir antes que tú.



En la foto: Blutengel, cuando empezaban

Muerta


Poesìa necrosa,
oscuridad que te desvela, 
amor maldito, 
tanto como la existencia,
reunión formal
con un frío vestido de seda
a la medida de una dama en vida muerta.

21 de marzo de 2009

Nuevo Blog

La gran Asrham y yo hemos acordado en un nuevo proyecto llamado Germinal del Exilio. Aùn no es nada concreto, no lo será hasta que ella haya publicado su primer post. Pero espero que funcione, pues un trabajo conjunto tiende a ser mejor que cualquier imitación al mediocre Tanatholudus.

Ya están avisados, pero esperen una semana más. Si les gusta el camino que toma, no duden en agregarnos a sus marcadores (o favoritos, segun el caso).

El sitio nuevo es:
Germinal del Exilio

Si quieren (si, yo se, no lo nieguen) leer algo de magnífico nivel literario o, si ya conocían a Asrham y quieren recordar su estilo (para mi gusto y sin lamer botas, de los mejores de la literatura actual), pues abran el link:
Bebiendo tu sangre

Ya lo saben. Si les gusta, pues gasten unos cuantos minutos extra de su tiempo... Vamos, ya estan enfrente del monitor.


P.D: Gracias por leer

19 de marzo de 2009

Knives with souls

Knives and stacks and pinpaddles
were all ready in the table
I was entering in the dimension
all knives were filled with a soul
We are all prepared for the orgy
of wine and blood and sodomy
darkness scratching your back
light lacerating your breasts

You wanted it the hardesty way
your flesh burnt with combustible lust
your eyes wrapped in putrid hedor
your brain beating the rythm of scares

Your own scares…

17 de marzo de 2009

Afrodisias (Parte I)



- Entonces, la hermosa Circe nunca ha contemplado la luz del día - le dijo una de las sacerdotisas a su compañera, que preparaba la poción insensibilizadora con unos helechos que había recogido a la entrada del recinto.


- Así es. Y no se te vaya a ocurrir hablarle ahora que vayas a darle de beber esta poción. Ella ya sabe lo que debe saber del mundo.


Circe no conocía mas que la luz de las velas de su siempre cerrado calabozo. No sabía lo que se siente respirar el aire exterior, perfumado de frutas de temporada, de mierda de perros atragantados ni de jovencitas desvirgadas fuera de las ceremonias atenienses.


En efecto, Circe tenía prohibido sentir. Ella ya tenía suficiente con la carga de sabiduría de sus secreciones: venas, vagina, ojos, cuero cabelludo, axilas. Todos los agujeros que excretaran algo que no fuera su mierda eran exprimidos con repulsiva ansia, a tal grado que siempre salía malherida al menos una vez a la semana. Si Circe señalara con el dedo a cualquier otro ciudadano griego que se le atravesara, y si ella fuera consciente de su realidad, podría exclamar con franqueza "ese griego sabe lo que es el placer y yo no".


Las otras sacerdotisas que la acompañaban tenían el derecho de salir a las calles hacer lo que cualquier mujer. Debían extraer libros y pinturas, y debían aprender a tocar las melodías de la época, para presentárselas en privado a la semidiosa. Y una vez que hubiesen acabado, su deber era preparar el ritual de la orgía. La chica, que entraba en su plenitud, bebía la pócima, y a continuación, las otras damas empezaban a masturbarla y a manosearla. El ritual indicaba que debía secretar el jugo de seis orgasmos y sudar lo mismo que un hombre cuando carga una mujer durante una hora. La temperatura del lugar era favorable para tal efecto, así que después de un ligero baño con agua pura, la bebida reveladora de los buenos y los malos tiempos estaba lista para beber.


Pero Circe nunca había, realmente, sentido placer.


Circe imaginaba la luz del sol como una enorme veladora, cuya flama descansaba sobre la estatua de Atenea, en su tan cercana Persépolis. Imaginaba que ella, la luz reveladora, algún día sería expuesta a su luz para mostrar a todo el pueblo griego el principio y el fin de los tiempos.


Y no se había dado cuenta, pero soñaba en ser libre. A fin de cuentas, así había sido educada.


La hermosa Circe, de piel tan blanca como la leche que bebía cada mañana, tan tierna como la seda tendida sobre la piel humana, y tan noble de cabeza como sólo un niño puede serlo, conocía el clima del mañana, los lugares por donde entrarían los extranjeros a conquistar, las rutas marítimas que los comerciantes debían tomar, la pintura de moda y el olor de las mujeres, incluyendo el propio.


Pero no conocía el aroma de los hombres, el resplandor del sol, el placer, o mejor aún, el placer seguido del dolor, el antojo de mariscos ligeramente cocinados a las brasas, la profundidad del orégano, los perfumes más sensuales, la brisa del mediterráneo, la acidez de las naranjas ni los orgasmos.


Circe era una diosa. Circe era un juguete.

14 de marzo de 2009

Dimmu Borgir - The Chosen Legacy

No tengo nada en contra de las religiones (debo admitir que alguna temporada fui enemigo de ellas). Sin embargo, considero esta pieza un ícono, y esta banda una de las mejores exponentes del metal europeo.
A su juicio. No olviden criticar, que para eso existen los comentarios.
Si está activado el reproductor de música automático, pueden pararlo a su derecha., casi arriba.










Hence I will anoint
And whisper wholeheartedly
The creed of Hades and beyond
As I succumb to inevitable sin

For I can not enslaver myself
With imaginary words of salvation
The hypocrisy that surround my temple
Is assisted by pretenders to the throne

The winds that blow purity
Signly for my Chosen Legacy
I was born in opposition
A contender to creation

In Sorte Diaboli
In Sorte Diaboli
In Sorte Diaboli
In Sorte Diaboli

In Sorte Diaboli
In Sorte Diaboli

For my sins
I will ask no forgiveness
For my sins
They are not to forgive

So never speak of me quietly
Stand by my confession
I voice your rebellion
Against the traitor of the world

I am the first creature of this Kingdom
I will be the One
To outlive His time
With the triumph of free will!

4 de marzo de 2009

El resucitador: Hitler

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Adolf Hitler había sido, sin descartar, un hombre admirable en su época. Alemanamente austríaco, había sabido luchar en la Primera guerra, y estaba preparado para lo más pesado. Era un hombre, íntegro y recto.

Al menos así pensaba don Julio Coronado. Veterano del ejército, apasionado. Como todo buen hombre de armas de fuego. Coleccionista de Winchester y de Kalashnikov, de Volkswagen y de Citröen, de Motorola y de AT&T. Sabía alamán, ruso, checo e inglés, en menor medida, además del español. Su complexión caucásica y estirada resaltaba las barbas blancas de cincuenta años de antigüedad. Sus múltiples heridas de metralla en las extremidades sólo le hacían apretar más el andar con ansia y júbilo carnívoro.

Don Julio conoció al buen Isaías Velasco por recomendación de un amigo suyo, también veterano, cuya esposa fue revivida en plena frescura de febrero, un día frío de los que rejuvenecía la piel y exacerbaba el amor perdido entre papeles de divorcio e intentos bienlogrados de suicidio.

Así, don Julio encomendó al Resucitador para la empresa de restaurar al agobiado Hitler, tan sólo para unja pequeña entrevista con él (Don Julio prometío que mataría al desgraciado una vez terminado el trabajo, para evitar a toda costa cualquier reincidencia genocida).

Revivir a Hitler no sería una empresa sencilla para nada, pues su cuerpo estaba extraviado, y el único pedazo de cráneo que aún se conserva es tan frágil como sólo el desgaste natural lo puede permitir.

Sería, pues, necesario un cuerpo nuevo que, lejos de ser compatible con el aspecto del Reich, estuviera lo menos dañado (y por tanto fuera lo menos doloroso) posible.

En la hielera del "taller" de Isaías no quedaba más que el cuerpo de alguna brunnette que hubiera sido propiedad de la mafia rusa, resucitada de su envenenamiento fatídico tan sólo para extraerle algún secreto de Estado que se había llevado consigo.}

El préstamo del cráneo de Hitler por cortesía del museo de Moscú sólo duraría una noche. Poco tiempo, un solo cuerpo. Don Julio tendría que (y así fue) arriesgarse a crear a la mujer más megalomaniaca del mundo.

Doce con cinco de un cinco de diciembre. Las cepas de algún organismo de los Alpes a tres mil metros de altura. Algún conjuro hindú aprendido de internet, a su vez publicado por un charlatán, a su vez aprendido de un piel roja. Cuatro onzas de Jack Daniels en un vaso de refresco de algún estabiecimiento de comida rápida. Incienso de tabaco y unas alabanzas a Aztaroth. Diez minutos de ritual, y Hitler estaría servida a la plancha, es decir, de la morgue.

Al despertar, Hitler se encontraba amarrada a la mesa de "montaje", con arneses de cuero apretados, como deben ser. Hacía frío y estaba desnuda. Tenía los pezones muy erectos e hinchados, mitad por el frío, mitad por la leche echada a perder. El dolor de cabeza, la angustia peribélica y la pesadez de la impotencia de lidiar con traidores e idiotas habíanm, sin embargo, desaparecido.

En un fondo azul frío, resaltaba un anciano, al parecer de sesenta y cinco años, pero con una descuidada barba salpicada de gris y blanco, de mediana estatura y mirada política.

Había llegado el momento de la verdad, se podría decir. Sí, se podría decir entonces.

Don Julio miró a los pezones de Hitler. El alemán, preocupado más por tener una mirada seria que por taparse los pechos y redirigir la mirada del anciano a sus ojos, pensaba en cómo formular la primera pregunta.Entonces don Julio preguntó:

- Usted era muy hábil, mi señor. Usted era grande y era seguido en sus días en vida. Lo tenía todo, y si no lo tenía lo podía conseguir por la obediencia de todos su seguidores. Tenía riquezas, un ejercito fuerte, un armamento de alta tecnología, la habilidad política de dominar al mundo por tres generaciones posteriores a la suya. Podía hacer que sus pinturas fueran llevadas a los museos de todo el mundo, podía hacer que se forjara una nueva escuela de arte, en la que se enseñase artes y su doctrina magistral de dominar al débil y luego exterminarlo. ¿Porqué se empeñó usted en matar a su materia prima más importante, reduciéndolas a trabajos mediocres, cuando podía exprimirlos mas y hacerlos más productivos? ¿Porqué no diseñó el mundo ideal para ellos, donde ellos fueran felices y pudieran hacer su trabajo sangriento con una sonrisa en la boca? ¿Porqué no pensó en los grandes beneficios económicos que esto le pudo haber traído, además de la divina imagen que hubiera acaecido sobre sus hombros, a modo de poderosa capa? ¿Porqué permitió que se le odiara tanto?

La dama, extrañada pero firme en su respuesta, respondió:

- Yo no se de qué demonios habla usted. Yo solamente  hacía lo que me pedía mi partido, con todo el amor que un soldado político le puede tener a su padre.

Don Julio entendió.

Acababa de revivir al modelo perfecto de la prostituta consumista contemporánea.

"Todo sea por el bien del partido. Todo sea por el bien del sistema que me da alimento y fama, a costa de mi dignidad."

Ya había pasado un rato cuando Isaías entró al taller. Ahí estaba Hitler, con la cara más demacrada que la del cadáver del que acababa de servirse. Un olor a sudor frío penetraba el ambiente. Hitler se estaba subiendo los jeans ajustados y don Julio estaba cerrándose la bragueta.

Don Julio tomó el sobre de dinero y el pedazo de cráneo de la mesa y se fué, dejándole en mano su paga al buen Isaías, los quinientos mil que le había prometido. Hitler, asida de la mano por el anciano, era jalada a la puerta, incapaz de hablar, y con una mirada de aberrante satisfacción.

Isaías regresó a limpiar una hora después, y se encontró una lengua seca, seccionada irregularmente desde la base. Había sido arrancada, y no con una navaja.

Don Julio vendió a la nueva prostituta por quince euros.

Don Julio regresó a España. Hitler no duraría una semana.

 

En la foto: Greta Csatlos, vocal de Untoten

3 de marzo de 2009

Your nightmare

Dead, cold and tasty,
young flavor of skin,
putrid sacred parts…

Eating your soul for pleasure,
eating your heart with innocence,
I will rape your life,
I will rape your mind,

You deserved to die… I will please you tonight!
This nightmare never ends.
It would never end.

Cementery full of juices,
blow my breath to know who I am,
I will rape your life,
I will rape your mind,

Mouth gagged with cold flesh, to make you suffer,

This nightmare never ends.
It would never end.

 

Al Herrera/Saul Pereda