23 de septiembre de 2009

Sufrir como O

dp1eop0h

Los estoperoles crujen a compás de la penetración…

Entran y salen de tu carne, con magno estupor…

Las aspas metálicas exhalan tu respiración…

El vacío puro te provee de cierto rigor…

BDSM_by_Etniezz

Tu adorno de hebillas se pierde en tu carne y sudor…

Al tiempo que halo de ellas con excitación…

Acerco tu piel a mi cara, percibo tu hedor…

No hay asco ni morbo, tan sólo mi deseo atroz…

BDSM_collar_back

Mi fusta en tus muslos, tan fuerte como mi erección…

Tus lágrimas salinas demostrando la debida atención…

Tu vientre, temblante, al compás de cada contracción…

Mis manos arañando, insensibles a tu descontrol…

05485222

La Cuna de Judas sería buena humillación…

La Dama de Hierro coleccionaría tu dolor…

Quizá tu último gemido libere mi tensión…

Pero quiero que vivas, y vistas el anillo de O.

 

180px-Ring_der_o

 

 

 

Mis fieros deseos para el alma más maldita

22 de septiembre de 2009

Ladrona




Hay un lugar en el tiempo y el espacio
donde las rosas no tienen aroma.
Ha sido extraviado,
ha sido hurtado.
Todo el mundo reclama el acto
de barbarie
contra la existencia.
El universo se siente culpable.
Lo resiente tanto
que se culpa a sí mismo.
La soberbia se atraganta,
la envidia se autoflagela,
el odio seduce al cáncer,
la compasión se embriaga
al tiempo que la fé
es violada por la Muerte,
por única vez impaciente
ante el llamado de la piedad.
Todas las calamidades
han encontrado su destino,
ahora que la belleza se agota,
ahora que la belleza
también es hurtada,
y por ello
desean morir.

Y todo porque tus ojos
guardan la fragancia de la rosa.

19 de septiembre de 2009

La mala fé respecto de la fé

Piensa, escucha, razona.

Buscando imágenes para ilustrar mi entrada anterior, me topé con este blog-magazine cristiano, llamado RadioCristiandad, específicamente, en un artículo especializado en la cultura gótica (Para ver el artículo, hagan clic aquí). El artículo, publicado por una mujer que se hace llamar María Ángel, trata a modo documental las características de la cultura gótica y sus derivadas.

El motivo de esta entrada es mi franco descontento ante la manera en que María Ángel aborda el tema, y puesto que mi objetivo no es hacer al lector (si lo hay) caer en el tedio, voy a resumir este texto en dos raíces, una dedicada a las observaciones sobre el artículo, y otra con mis puntos de vista.

Voy a buscar al autor y ver la manera de discutir esto, pues aunque no soy gótico (del todo) y el artículo data de hace tres años, me parece una manera muy injusta y ALTANERA de describir una cultura hecha y derecha.

1. Observaciones

  • “…aunque se pueden encontrar especímenes de mucha más edad incluso de 40 años…” Creo que llamar a una persona Espécimen es un claro acercamiento a la falta de respeto y de conciencia.
  • “… no tienen un regla moral que los detenga”. Es cierto, en muchos casos. Pero ¿Y que hay de la ética? Yo no creo que una verdadera persona religiosa entienda de ética, pues su pensamiento se ve regido por uno superior.
  • “La mayoría quiere salirse del orden establecido siguiendo una moda, otros sufren trastornos sicológicos como el trastorno límite de la personalidad, otros son homosexuales.” ¿Es acaso la homosexualidad una enfermedad? La discriminación cristiana puede llegar a ser muy cruel, como pueden ver.
  • “Arte”. Éste es un subtítulo del artículo. Incluye las comillas. Es una pena que no puedan apreciar el arte oscuro y gótico, y por ello tengan que citarla con “comillas”.
  • “… Al ser “libres” moralmente la sexualidad que practican también es poco ortodoxa y ambigua”. Esto es muy personal. Yo no conozco alguna clase de sexualidad ortodoxa y correcta. Supongo que si tengo una parafilia con saliva, soy un hijo del demonio. Imagínate ser cristiano y hacerle a tu mujer sexo oral…
  • “…se ve que saben que van perdidos y sin embargo prosiguen en seguir los impulsos más bajos de la naturaleza…”. La autora lo ha dicho. La naturaleza. Ella pide que seamos abiertos y que experimentemos, que nos abstengamos de aquello que creemos que nos hace mal, incluso si es el pensamiento mismo. No sé si ustedes, pero yo no me atrevo a luchar contra la naturaleza, pues es mi dueña.
  • “Además, siguiendo a su padre, el Diablo, se autodeclaran dioses y proclaman que el espíritu humano no debe dejarse avasallar ni reprimir por la moral ni por convicciones sociales.”. No necesitamos del Diablo para saber que somos poderosos y funcionales, y que nuestro único freno es la Naturaleza misma.
  • “Esta cultura de inframundo puede considerarse no sólo peligrosa para el alma, sino para el cuerpo y la vida misma también.”. Una cultura viene del ser humano, y el inframundo (como la belleza, el dolor, y todo aquello que conocemos) lo único que hacen es darle forma. Porque eso es una cultura: Formas y expresiones de una realidad que nadie puede negar con fundamentos válidos.

2. Mi opinión

  • Comparar (implícitamente) una cultura con una religión es una muestra de altanería e insensatez ante el entorno de la misma comparación. Que no olvide la comunidad cristiana que su religión es, en el fondo, una cultura, y que además no es pura (Pídanle a un egipcio que les compare una cruz de Jesucristo con un Aanjh, para empezar), sino una mezcla de varias culturas anteriores. ¿Se dan cuenta de la cantidad de veces que Cultura aparece en este párrafo?
  • Un verdadero gótico elige este camino por su convicción de desvelar la verdadera luz del mundo. Si la encuentra, o la visualiza, o no lo hace, eso es parte de su entendimiento. La oscuridad es la herramienta más poderosa que tiene el hombre para existir. Sirve de velo para protegerse, sirve de aislamiento para purificarse del exterior, y sirve de anteojos para las formas empalagadas de luces mediocres o falsas.
  • Los delincuentes que se ponen la bandera de góticos, o darks, son gente débil que no ha entendido el verdadero significado de la oscuridad y de lo que conlleva. Y es exactamente lo mismo que un fanático religioso. Ninguna CULTURA queda descartada de esta gente.
  • Yo prefiero la hipocresía relativa a las modas y los grupos sociales en la cultura gótica, a la hipocresía relativa a la fé y los intereses de poder en la cultura cristiana y sus derivadas.
  • “Religión” es una abreviatura para “Descontento de poder”.
  • Falta mucho para que los cristianos entiendan que la voluntad es la madre de la libertad. Referente a esto, cito el sexo, y cito al BDSM. Si quiero torturar a mi pareja, y ella también lo quiere, y no pienso matarla, y pienso detenerme cuando me lo pida, ¡que carajo, la voy a torturar!
  • Tengo amigos cristianos. Ellos eligieron su camino por su propia convicción y no por imposición. Ellos saben que yo alabo eso y nos respetamos mutuamente.
  • Finalmente, un consejo personal. Si tienes fortaleza en tu fé, demuéstralo. Lee dos libros de Nietzsche, o de sus sucesores. Si tambaleas, es que en algún momento de tu vida caerás.

Si llegaste hasta aquí, te doy las gracias por perder tu tiempo de lectura en esta responsiva.

Tridente de plata



Quisiera tu brillo, Tridente de plata,
para iluminar el rostro del herido,
para guiarle a la luz de la vida,
que la busque, e impaciente la anhele,
y arrebatársela, y terminar su suplicio.

Quisiera tu filo, Tridente de plata,
para poder rasgar los sueños inocentes
de aquel que ama, que teme y que siente,
para desvelar, de la sangre, su fuente,
y degustarla en tu boca, que de sed padece.

Quisera tu alma, Tridente de plata,
para entrañarme en tus victorias logradas,
para sentir el placer de tu sadismo,
para poder ver lo que a tus cínicos ojos
los hace dilatarse de regocijo.

 
Quisiera tu belleza, Tridente de plata,
para ser un preciado ícono de culto,
para asesinar con tu sonrisa inocente,
sentir el odio nacido del desconcierto,
y embelesar con placer el aliento último.

Quiero que seas mío, Tridente de plata,
que la santa Luna me conceda tu gracia,
cual amuleto del buen augurio,
para violarte con mi propia sangre,
para mancharte con mi amor indeleble,
para sentir tu ira desgarrando mi espíritu,
al tiempo que tus feroces dientes
perforan mi vientre y alivian mi líbido....




Para el alma maldita más encantadora que conozco.

13 de septiembre de 2009

Premoniciones

Blood Rose by TSVN

Kasandra tenía cierto encanto cuando hacía cosas por su propia voluntad. Después de todo, su mirada tenía un cierto sabor dulzón que se acentuaba con la amargura y la embriaguez de ciertas circunstancias, como cuando Abel la dominaba. Él lo sabía, y no tenía reparo en someterla, en provocar en ella acciones que siempre antecedían a un terrible arrepentimiento y una brutal desesperación, casi suicida, por parte de ella.

Abel presentía un terrible final para su vida. Estaba preocupado. El ser más insensible y desgraciado del mundo estaba preocupado. ¿Qué era capaz de cortarle el sueño en pleno apogeo? El mundo corría a su antojo, podrido y desdeñoso como siempre, y siempre que se le antojaba podía controlar la mente de las personas ya no hipnóticamente, sino con leer su mente y jugar con sus argumentos verbalmente, como lo hace un dialéctico cualquiera. Sin embargo, estaba preocupado.

Finalmente, decidió que era su final. Estaba deprimido, y tenía que preparar todo para su partida, antes que fuera demasiado tarde.

Kasandra no era virgen, pero tenía la particularidad de que cada vez que tenía sexo era para ella como la primera. Esa “fidelidad a las circunstancias” era bien conocida por Abel, quien admitía no querer usar sus poderes para dominarla. No se sentía digno para hacerlo, e incluso ahora que lo iba a hacer, no se sentía con el derecho. Por otro lado, su sadismo mental era uno de sus sellos en la vida de las personas que lo rodeaban. Así que después de llorar un rato y despejar su mente lo suficiente, abandonó el café que estaba bebiendo, casi frío, y al tiempo que se levantaba de la mesita que había dispuesto en la sala exclusivamente para ello, la guardó con el resto de las cosas, en un cuarto bajo llave, y se llevó consigo el vaso de café para tirarlo en la basura de camino al parque Metropolitano. Cuando cerró con llave su departamento, una sombra que jamás volvería se dejaba de proyectar sobre unas paredes vacías, donde sólo quedaban las marcas de viejos cuadros que nunca más volverían a ser colgados en exhibición.

El mentalista, a través de la Luna creciente de medianoche, llamó con el don de la voz penetrante a Kasandra, y la citó al parque. Ella, que estaba durmiendo, abandonó de inmediato su empresa, se puso un camisón, apenas encima de unas bragas oscuras, y emprendió un silencioso camino en su coche hacia el destino solicitado. Mientras tanto, el mentalista ahuyentaba a los malandrines y las pandillas de ladones que estaban por ahí esperando como arañas una víctima nueva.

Hasta que el camino a una de las palapas más grandes y vistosas quedó totalmente despejado, ordenó a la víctima a hacer acto de presencia. Ella llegó a la mesa de piedra, y se sentó apresurada, como protegiéndose de la sigilosa mirada de la Luna creciente de medianoche. Sus apenas visibles vellos dorados de los brazos estaban alterados por el franco viento frío del lugar.

Y apareció Abel, mostrando su rostro melancólico por penúltima vez en su vida. Cambió su temperamento en un instante y se acercó por detrás de ella. De aquí en adelante, todas las acciones de ambos se realizarían lentamente, como si el transcurso de ese encuentro tuviera que finalizar coincidente con el ascenso del Sol de la pesadumbre incierta.

Se acercó él, dirigiendo su boca directamente a la parte trasera de su cuello, y mientras le retiraba el camisón, con la misma frialdad y suavidad que el viento ejecutaba, le susurraba al oído:

- Esta será la última vez que cedas ante mi voluntad, mi amor. Si has de llorar por no poder luchar contra ello, entonces es mi deber de honor hacer que valga la pena.

Ella, en absoluta aunque indolora sumisión, sólo podía guardar silencio. Se esforzaba en gritar, en suplicar. Pero sencillamente no podía.

- Puede que te parezca una violación… pero haré que valga la pena.

Repasó su cuello, y le dio vuelta para mirarla a los ojos. Ella, absorta, ahora podía gemir en voz baja por órdenes del violador.

Una violencia mental tan silenciosa… tan tierna, dadas las circunstancias, que Kasandra acabó sucumbiendo. Su voz, esta vez por voluntad, exigían la liberación inmediata. Pero su cuerpo dominaba su alma. Y su cuerpo exigía placer en dosis torrenciales. Abel repasaba ahora el resto de su piel, meticulosamente, como preparándose para una dura prueba, y luego que terminó, se reincorporó, la miró a los ojos, tomó sus brazos para que rodearan su cuello, y le retiró las fuerzas en las piernas al tiempo que la penetraba, por supuesto, lentamente.

Ella echó hacia atrás su cuerpo, de manera que él se viera obligado a recargar su cuerpo en la mesa de la palapa, mientras empezaba a cabalgarla. Ella gemía con sus escasas fuerzas. Gemía como si su vida dependiera de su esfuerzo. Él se limitaba a contener la respiración, a prolongar el momento tanto como fuera posible, a extraer cada bocanada de aliento que pudiera de su amada víctima.

La levantó de nuevo, y le dio media vuelta, para jugar con su espalda mientras la volvía a penetrar. Sentía su preciado calor en todo su cuerpo, sentía su estremecido sudor en sus labios, sentía cómo palpitaban los Espíritus del ocaso en sus delicados hombros, e incluso podía sentir cada vez que el placer la obligaba a cerrar los párpados y apretar la mandíbula. Aún dentro, él intentó besar cada vértebra que pudo, mientras le hacía un masaje con ambas manos, una acariciando su vientre, sus pechos, sus caderas y sus nalgas, y la otra reteniendo su cuello y quijada cerca de su rostro, para besarle y obligarle a pegarse más.

Abel bajó la guardia, y había pasado ya un rato, quizá un par de horas, desde que dejó de someter a Kasandra, no se había dado cuenta pues ya no era necesario. Al final de la noche, cada contracción, cada beso, cada caricia, cada arañazo, cada mordida y cada gota de saliva en ambos había surgido de la voluntad.

Al caer el Sol de la pesadumbre incierta, estaba fatigada, así que él la subió al coche de ella, la llevó a su casa, la dejó en su cama y la observó mientras apreciaba los aromas que aún desprendía, una vez más.

Y permaneció ahí Abel, mostrando su rostro melancólico por última vez en su vida. Se dio un baño rápido, quizá para mezclar sus lágrimas con el agua de la regadera y así ocultar su llanto de los espíritus. Limpió todo meticulosamente, regresó al cuarto de la ahora dormida víctima, la besó en la mejilla y salió a toda prisa, de nueva cuenta al parque, esta vez para recoger su propio auto y emprender un viaje hacia ninguna parte.

 

Exactamente cuarenta y ocho horas después, un periódico sensacionalista a la puerta de Kasandra muestra en primera plana una terrible balacera a un auto con un conductor sin identificar, sin más pistas que las huellas de llantas en el asfalto de la carretera, señal segura de una persecución.

9 de septiembre de 2009

Profundidad de penetración



Una suave vestimenta natural
cargada de sensores, cargada de calor, 
cargada de sensaciones existentes oníricamente.
Plagada y profanada de exclamaciones, de estremecimientos,
de una fuente renovable de sonrisas malditas,
de sueños que quedan por gastar.
De ideas que aún quisiera intentar perturbar.
La ceguera es despreciable.
El hambre... perfectamente saciable,
en tanto que de tí dependa.

My serial killer

Collect the blood
Drain out the bodies
Rape their whole minds
And burn the wallets
Slice them slowly
One body at a time
Drop out the fat
Fertilize the grass
Make some fetish jewelery
With their bones and hair
Hide them in a safe place
Just not to forget
Dress a bunch of manequees
With their smellful clothes
It´s growing up your lustness
Yet the pain is worse
You, Serial Killer
My fantasy!
En la foto, Aileen Wuornos, la asesina prostituta

5 de septiembre de 2009

Sobre el no-pecado

Este es un diálogo (comprimido y adaptado para la gracia literaria, si me queda tal) extraído de una discusión que tuve con un amigo cristiano al que muy a pesar de nuestras divergencias, yo aprecio mucho.




-------------------------------------------------------------------------

  • - ¿Porque deseas seguir con vida, entonces?
  • - Porque tengo un Rey, es Dios, y el me enseña mi camino.
  • - ¿Pero no se supone que Dios te hizo libre, y puedes seguir su camino?
  • - Pero el quiere que siga su camino, para ir al cielo y estar con él.
  • - Entonces me dices que si decido no seguir su camino, reposar en sus brazos y beber de su vino en el cielo, aunque obre bien, tendré que elegir entre el cielo o el infierno? Eso es una mierda.
  • - Pues yo elegí seguir su camino y hacer lo contrario al resto del mundo, buscando no pecar.
  • - Pero no podrás, por una simple y sencilla razón. Eres un HUMANO. Estás hecho para cazar, para matar, para mentir, robar y violar. Es tu naturaleza. No la puedes cambiar.
  • - Lo lograré, porque estoy en el Camino.
  • - Piensa un poco, y contesta. ¿Si quisieras dejar de pecar, no tendrías que aspirar a ser perfecto? Eso es aspirar a ser Dios, por tanto, querer ser un no-pecador es querer ser un dios, y por tanto, caer en el pecado de la egolatría.
  • -  Pues al menos lo intentaré, porque quiero ser diferente a los demás, no quiero ceder al Infierno.
  • - ¿Entonces será una lucha en vano, no crees?
  • - Yo se que no, porque Dios me habla y me guía por su camino.
  • - ¿Y que camino es ese? ¿Uno de reglas, que tienes que seguir para ganarte tu lugar en su reino? ¿Y de donde salen tantas reglas? ¿Quien las creo?
  • - De la Biblia. Si te fijas, las iglesias ya no siguen sus reglas, no pueden sustentarse a sí mismas. Por eso yo no sigo una iglesia, me voy con las Sagradas Escrituras.
  • - ¿Y, por ejemplo, quien te puede garantizar que la traducción que tienes en tu casa no es una malversación del contenido original, por no decir del mismo traductor?
  • - Dios.
  • - ¿Y como lo hace?
  • - Dios me habla, y me da el Don.
  • - ¿De que don hablas?
  • - Si supieras por lo que he pasado... yo he vivido eventos con mi mente humana, que jamás entendería, sin embargo la Biblia ya habla de ellos.
  • - ¿Puedes, si quisieras, contarme que clase de eventos?
  • - Puedo ver a una persona y saber todo lo que ha hecho. La biblia lo llama disernimiento de espíritu. Es un don que Dios da para que los hombres vean que él está ahí, y también ver que espiritu los domina.
  • - Eso se llama sentido común, y lo tienen todos los hombres que lo piensan. Tu lo tienes porque piensas.
  • - Yo eso decía, pero cuando miras una persona y sabes qué está pensando en ese momento, de qué está enfermo, y hasta de qué hizo a las 7, tu manera de pensar cambia.
  • - Te digo más, eso se llama Sentido común mas Lectura del lenguaje corporal. Aunque, en efecto, cambia tu manera de ver al mundo.
  • - Tal vez le quieras encontrar lógica, pero cuando llegue un desconocido a tu vida y te la cuente toda, es porque Dios te quiere demostrar que no es un mito.
  • - Ese día yo estaré lo suficientemente triste como para que pueda ser leído por cualquiera a través de mi rostro. Ya lo han hecho, han visto dentro de mi alma, y yo también lo he hecho. No se necesita ser un iluminado o concedido para lograrlo. No es mágico, es tan solo psicología aplicada.
  • - ¿Y si te dijera que hiciste el 9 de mayo del 2003?
  • - Eso quiero verlo.
  • - Jamás. Eso no pasará si no sabes apreciar lo más sencillo. Será en el momento perfecto, por ahora no.
  • - Por supuesto, a los escépticos y a los ilustrados no se les revelan las mentiras, y menos en lucidez.
  • - Ya para terminar, por ahora, te digo que Dios me dijo que si lucho con todas mis fuerzas, él me perdonará el pecado, lo olvidará, y hasta olvidará que lo olvidó. Por eso quiero ser diferente, porque ya tengo mi entrada al Cielo asegurada. Y eso no me lo regalaron, sino que me lo gané. Por eso no quiero morir, para saber qué va a ser de mí.
  • - Me retiro, Caballero, buenas lunas. En verdad me divertí mucho. Me encanta la dialéctica. Y acuerdate que es del hombre equivocarse, así como ceder al placer. 
  • - Haha... de acuerdo. 

-------------------------------------------------------------------------



Siéntanse libres de mentarme la madre por ateo irreverente y burlón.