24 de mayo de 2009

Historias de versos: Autum Whore

Cuenta la leyenda que el gran Tony Salmo estaba escribiendo lo que sería el próximo single de la legendaria banda Autum Whore, mientras bebía un Suntory y recibía una satisfactoria felación de alguna belleza exótica de medio oriente.El olor a sudor y borrachera era penetrante, pero no tanto como el ambiente de inspiración musical que pululaba entre notas de los Smashin Pumpkins y similares. Despues de todo, las vacaciones ya se habían prolongado demasiado y había que gastar los últimos miles de dólares que quedaban en la cuenta bancaria y así no dejar nada para los intereses.

Estaba el gran Tony escribiendo la cuarta y última estrofa del texto, cuando la belleza exótica de medio oriente le mordió el pene, pues su mandíbula estaba cansada y adolorida de permanecer abierta durante varios minutos. El gran Tony soltó un grito del sincero dolor, se retiró a la chica que succionaba la sangre sin darse cuenta, y después de perder la firmeza (y con ello, la inspiración), le rompió el Santory en la cabeza.

El gran Tony estaba asustado, pues su arrebato borracho de ira lo llevó a cometer un posible homicidio. La belleza de medio oriente yacía en el suelo, encima de una manchita creciente de sangre proveniente de su oriental cabellera. Pero seguía respirando, así que el susto del gran Tony sólo lo hizo contemplarla. Sus ojos veían los labios de la prostituta, embebida en semen reposado, sangre y abundante saliva.

Es así como surgió Autum Whore.


Bloody knees decorating my soul,
bloody and warm floors
where I walk on,
bloody are the hands I stroke you with,
bloody the cum I asphixiate you with

Let me give you the best pain,
the only dying you will never forget!

Is it crude? I know,
I wish
you realize the delight you´ll carry on,
I´ll see you asking for fucking more,
You´ll waste my ears yith your fucking noise


Let me give you the best pain,
the only dying you will never forget!

23 de mayo de 2009

De eones



He vivido, lo suficiente como para saber de bien y mal,
he vivido más que un dios, y menos que un alma mortal,
pero no lo suficiente para sacarte el corazon a besos
y dedicarle un eón entero a descifrar su ritmo infernal...
Es la música que resuena en los confines de tu alma,
cuyo origen no es tu amor ni tu belleza ensimismada,
los tambores de guerra del Demonio, tan concentrado
en el canto más sublime de la Muerte desenvainada
Eres paz, y eres Muerte, eres daga de doble filo,
eres destrucción quemante, eres el fondo del abismo
donde el soñador y el poeta desean exhalar su vida,
donde la vida envidia cada pústula de tu cinismo.

19 de mayo de 2009

Rebelde con causa



Llevaba media hora despierto, pero inmóvil. Así que esperó a que el despertador del celular timbrara y con una mano la apagó y con el pulgar de la otra se rascó el testículo izquierdo. Se levantó hacia el refrigerador y sacó un frasco, lo vació en una sartén, y encendió dos llamas de la estufa. En una puso la sartén y en la otra un comal con un bolillo blando del día anterior. En unos instantes, el olor a sangre humana y orégano tostado llenó de una atmósfera cálida la cocina y el comedor adjunto.

Cinco minutos y la mesa estaba puesta. Las sandalias aún estaban mojadas por la regadera, así que la estática que se generó en la cámara de torturas el día anterior se descargó de un golpe en el meñique izquierdo de Samael. Lo resintió bestialmente, pero le quedaba el consuelo del sabor de su cucharada de sangre. El último plato, decía, que probaba en su vida. Ya se había deshecho de todas las vísceras, trozos de piel, huesos fragmentados y ojos secos que quedaban en la casa, y sólo quedaban dos frascos de sangre condimentada a modo de consomé.

Terminó el plato y el bolillo, se puso una rara playera morada y salió a la calle, para aprender del mundo normal. Estaba dispuesto a convertirse por completo. Estaba maravillado por lo que el mercado ofrece, imágenes pretenciosas, eróticas, salvajes, compulsivas y autoritarias impactaban en sus ojos, reprogramando una y otra vez su sentido de la lógica y del sentir. Por ejemplo, por un lado, estaba el anuncio del jugo energético infantil, con una bonita niña rubia de imagen. Y, compartiendo la mampara, estaba el cartel de condones ultrasensibles. Samael, que a pesar de ser un ex-asesino salvaje era una mente inocente, empezó a imaginar niños cabalgados brutalmente. No era sano, y lo sabía, pero sólo si dejaba de mirar la enorme mampara era capaz de retraer esos pensamientos que, de hecho, no eran suyos.

Vió gente insultándose, luchando por la esquina propia del vendedor de pomadas fungicidas y cajas de doscientos cerillos de madera a cinco pesos. Caras, pensó Samael. Compró una y continuó su caminata dejando una estela de aroma de cerillos de plástico extintos a lo largo de su travesía de mediodía. La luz del sol era insuficiente y el frío no hacía mas que encajarle los dedos entre las costillas de tela morada.

Vió a la señora limosnera del zaguán del café internet más caro de la ciudad, y no reparó en darle los otros cinco pesos de los diez que llevaba encima. Miró su rostro agradecido y su carpeta universitaria escondida tras su espalda. Ella sabía que Samael no le daría empleo, así que no se esforzó en mostrarle su título de química farmacobióloga.

Al caer la tarde, el hambre había llegado para azotar su mente, y súbitamente ésta desapareció, al pasar al costado de cierto restaurante de pollo frito y percibir un asqueroso aroma de aceite reciclado varias veces en la cocina. Se sintió mareado. Vió a traves de la ventana media docena de familias y parejas felices, otro tanto bonche de niños, todos destazando pollos con los dientes de la misma manera que el lo hacía con sus cuchillos y tenedores. Todos sonrientes, menos los pollos. Lo podía oler sobre el aceite quemado, cada uno de esos pollos, desfigurados, rellenos de ellos mismos hasta la engorda, sin futuro, y muertos a golpes "para ablandar la carne". Hacía mucho que Samael no lloraba.

A media tarde, al regresar, abrió la puerta y vió su casa. Un póster de una aztriz porno de pechos pequeños, DVD de él mismo destazando a sus víctimas después de hacerlas pelear por una caja de lápices con punta para asesinarse entre ellos mismos, y al fondo un cuarto frío donde revela sus fotos y deja secar la carne y los cuerpos en ganchos para reces.

No había mucha diferencia en contraste con el mundo exterior.

Así que desistió de tomar una decisión que francamente no le convencía.

Se dió de nuevo un baño, se perfumó, sacó dinero de las carteras de los hombres que estaban tendidos en el refrigerador, se vistió casual en colores discretos y salió al Ragnarok a seducir un par de springbreakers.


En la foto: el maestro Tom Waits

17 de mayo de 2009

Follow me

De un tiempo para acá, Pain me ha llamado la atención de una manera muy particular. Aquí con un single que grabaron al lado de la nueva vocal de Nightwish, Anette Olzon. No es el mejor single de la historia, pero ustedes opinen.


P.D: Alguna vez dije que me iba a retirar de la escritura. Hoy me di cuenta que no puedo... y pido disculpas, y agradezco a Roger, a Jenny, a la Mitch, y absolutamente a todos quienes pasaron a leer.

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Estuve trabajando en borradores, pero como no tengo idea de cómo moverlos de lugar y no quisiera borrar esta entrada (aún), pueden encontrar varios textos nuevos en entradas anteriores.  De nuevo, gracias. Espero que estos nuevos aires les gusten aunque sea una pizca.