31 de marzo de 2012

Requiem fortissimo


Habla. Habla y dame
trescientas veinte razones
par dejar de vibrar al sentirte.

He visto tus mareas en mis sueños,
me arrastran con ellas, sin nada a que asirme,
excepto tus lágrimas mismas,
que me comprometen, beber de ellas,
insípidas como el agua,
tratando de ser serenas como ésta...
y sin embargo, bajo esta terrible marea nocturna
descansa la calma teñida de azul,
donde los fantasmas y seres fantásticos
al fin habitan en paz.
Náufrago soy, pues, entre tus brazos,
el vaivén de tus ojos buscando respuestas
esperando no encontrarlas,
y aún, como buen marinero,
enamorado de la gran nada
te miro con sigilo y ternura,
pues no puedo hacer otra cosa en este momento
que dejarme llevar, esperanzado
a que tus aguas se amansen
y quizá, con un poco de suerte,
vuelvan a acariciar mi rostro
con trazos de agua dulce,
como alguna vez creí soñar,
como alguna vez pude vivir,
pereciendo en tus encantos, y a la vez,
sintiéndome tan vivo...
y quizá, si esta mágica luna lo permite,
navegar cada rincón de tí, conquistarlo con mi cariño,
no para colonizar tus vastas extensiones,
sino para sembrar y cosechar belleza,
recolectar sonrisas rosadas
y, al volver al gran volcan de tu ímpetu, de tu fuerza
arrojarlas todas al fuego,
pues la pasión es la mejor manera
de hacer que las más hermosas sonrisas
viajen a cada rincon de esta tierra, contagiándose de tí...


2 comentarios:

  1. Caray que fuerte! La ternura con miradas calidas, dulces gotas recorriendo el cuerpo mientras bebiendo te encuentras bajo la brisa nocturna de un cielo estrellado...

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  2. Me quede sin habla...que éxtasis poder leerte, el amor es poderoso pero en tu poema lo es más...divino poema, besosss eternos...

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