29 de septiembre de 2010

Tierra incorpórea



Te invito a mi mundo, alma rimbombante. 
No llores nunca más bajo mis aposentos.
Aquí todo es felicidad y gozo,
aquí nada es sino placer y dicha. 
Te invito a este mundo, alma rimbombante, 
donde la soledad es un mito.

Encontrarás una fauna, mi alma rimbombante
donde los erizos juegan a ser canicas,
donde las hienas tienen razón para reir.
Aqui hasta las fieras se reproducen por amor.
Encontrarás una fauna, mi alma rimbombante, 
donde ninguna criatura conoce el temor. 

Tu habitación está lista, alma rimbombante. 
Una bella vista al mar del caos profundo.
Una fogata que enciende con tu misma energía,
y jamás terminará de consumirse,
pues eres poder infinito, alma rimbombante,
y sólo capitulando podrías apagarte. 

Sólo deja este cuerpo infame, alma rimbombante. 
Un sutil trozo de carne que no sirve de nada. 
Que flote tu alma en mis aguas territoriales,
si la sangre fluye o no, ya no debe interesarte. 
Deja este cuerpo infame, alma rimbombante,
y disfruta conmigo de este ocaso inalcanzable. 


Imagen de Victoria Frances

1 comentario:

  1. Me gusta mucho el lenguaje figurado que utilizas en este tema, es un buen vehiculo para alejar esas criaturas que nos hacen la vida un yogur, es un placer leerte caballero, saludos.

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