24 de noviembre de 2009




Estaba el Maestro azotando con una paleta las nalgas de su sumisa, pues ella había escogido su propio castigo, al rehusarse a autoinflingirse dolor. La enorme paleta de madera, mas el filo de los estoperoles, causaban un castigo bastante uniforme en la carne.

La sumisa, que no solía llorar, empezó a sollozar lentamente. El Amo, preocupado, pues no era costumbre de ella quejarse con castigos tan suaves, se detuvo y se volvió al frente, para preguntarle qué es lo que pasaba. Le preguntó, y dado que ella tampoco lo sabía, formuló la siguiente pregunta:

- Maestro, ¿Porqué la magia del dolor aparece y desaparece repentinamente, como ahora? ¿Porqué el dolor no solo muta en placer, sino tambien en odio, o incluso desidia?

El Maestro tampoco conocía la respuesta. En lugar de decir que no lo sabía, regresó a las nalgas y volvió a trabajar con la paleta. Pero el primer golpe, sobre la carne fría, fue tan punzante en la chica, que levantó el pie hacia atrás bruscamente, pateando con el talón la quijada de su verdugo. Él cayó al suelo, y luego de reincorporarse, su coraje era tan fuerte que pensaba en castigar más severamente a la chica. Pero ella no se había dado cuenta de lo que pasaba, y seguía sollozando. El Maestro se conmovió, y luego de unos instantes, volvió a su rostro, lo tomó con una mano, la hizo que lo viera, y finalmente contestó su pregunta:

- No es que el dolor mute en odio, o desidia. El odio y la desidia son sólo consecuencias de tu humanidad. El dolor sólo puede mutar a placer, y viceversa. El placer y el dolor son energía pura, la energía que te mantienen viva. El placer se presenta cuando esta energía se concentra, y el dolor cuando se disipa. Pero no olvides que es natural que la energía tenga que abastecer tu ser completo, que tengas que sentir un dolor intenso, para que puedas a volver a concentrar tu voluntad en el placer, en el juego eterno del ciclo del voluptas. Sólo respira, y deja que el dolor fluya. Ya volverá aquello que deseas.

Ella obedeció. Pudo dejar de llorar, mientras el Amo acariciaba las marcas y partes estratégicas de su cuerpo. Al cabo de un rato, la paleta volvió a resonar en la habitación, esta vez sumado con gritos de placer.

5 comentarios:

  1. No me gusta sufrir, ni fisicamente ni nada. Hay cosas demasiado bellas y momentos llenos de placer y felicidad. Aunque respeto todo.
    Me debes una? ummmmmmmmmm pues no se, ya pensaré como cobrartela jeje
    Sabes una cosa, que el que no se arriesga en esta vida, jamás llegará a conocer todo lo nuevo que le está esperando, asi que....ya sabes!!
    Un besin.

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  2. este estuvo chido, me dejó pensando acerca de esa teoría de la energía y etc..

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  3. Realmente conmovedor...adoro esa mezcla placer-dolor, se llega a establecer lo que dices un nexo estrecho y hasta confuso, porque a veces se pide mas y mas...un beso

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  4. Sufrir para gozar... es así? o es tan solo parte de los opuestos: alto-bajo
    grande-chico
    gordo-flaco
    negro-blanco
    sufrir - gozar.

    Interesante la narración.

    Un abrazo Al.

    María

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  5. hermoso.... no hay nada mas bello que la imagen de un amo castigando a su sumisa con toda la autoridad, dureza, sadismo y amor del mundo.....

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