Quise escribir en este espacio una analogía al color rojo. Pude citar la sangre, la carne, los ojos vampíricos, el aroma de la muerte... Pero no. Este blog es rojo porque yo lo deseo. Eso debería bastar.
28 de octubre de 2012
Ejercicio número 3
Bienvenida al recinto de la Muerte. Tómame de la mano fuertemente, o te perderás en estos terribles escarmientos sin salida. Sígueme a mis aposentos, donde sufrir siempre ha sido tan divertido.
Tus ojos no darán crédito a lo que verán. Tu pasado y tu presente convergen todos aquí, y verás que no eras mas que un ser humano cautivo en una pasión que una sensación corpórea jamás saciará... no darás crédito a que esta experiencia sobrenatural llenará tu alma y más. Cada intoxicación etílica, cada belladona que ingeriste, cada sustancia, sintética y natural, cada orgasmo, cada vez que apaleaste tu paladar con dulzura y cada vez que tocaste su piel, son nada comparadas con el placer en su forma pura, destilada de las almas de los pecadores.
Así es, querida, mi recinto es el Infierno mismo.
No me sueltes, o caerás a donde son mutilados los lascivos. No dejes de andar, o perderás el equilibrio y sentirás la ira del fuego sobre tu piel, ya inservible. No dejes de respirar lentamente, o el hambre te atacará como mosquitos lacerantes, y ni las piedras ni tus propias vísceras podrán saciarte.
Siente el fuego. Este fuego es dolor ajeno, pasión nuestra, y crece conforme nos acercamos. No sientas temor alguno, recuerda lo que te he enseñado sobre mirar hacia atrás. El inmenso calor nos consumirá, seremos parte de él. Pero el umbral del dolor ha crecido como nunca en nosotros. Sentirás la extinción de tu ser, pero sentirás tanta delicia... como los actos carnales en la efímera Tierra, el tacto de ese ser amado en tus mejillas, las lágrimas dulces de felicidad, el alimento saciando tu espíritu y la música complaciendo tu intelecto... multiplicado cien veces es aún mínimo en comparación.
Este es el momento donde eliges. Soy amo y señor de estos caminos infames ante el entendimiento humano, soy de los únicos seres que pueden transitar libremente entre este plano, donde dejas de pensar, para solo ser, ser placer y nada más, y el plano físico, donde toda tu vida has sido forjada y estabas destinada a él para siempre... hasta ahora.
Puedo llevarte y traerte entre la vida y la muerte, entre tu piel azul y verde y la lozanía de tus mejillas. Entre aquello que al ser humano le es prohibido por desconocido y le llama Infierno, y aquello que puedes palpar y no te asesinará aunque tengas un mínimo de miedo.
Pero no puedo ser traficante de tu alma por siempre, pues como todo lo hermoso, morirás...
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Hola de nuevo! Hace mucho que no me paso por aquí, he estado bastante liada, y además tengo el ordenador estropeado. Voy a echar un vistazo a lo que has estado publicando estos días en mi ausencia.
ResponderEliminarUn saludo!