Quise escribir en este espacio una analogía al color rojo. Pude citar la sangre, la carne, los ojos vampíricos, el aroma de la muerte... Pero no. Este blog es rojo porque yo lo deseo. Eso debería bastar.
6 de noviembre de 2012
Silencio ha de ser
Sólo queda amarte en silencio.
Guardar el sabor de tus labios almendrados,
la sutil, casi efímera calidez de tus labios,
mujer fría,
mujer deleite.
Amar en silencio,
envuelto en una manta de triste y desfasada pasión,
donde soy para tí una fantasía, y tú para mí, no.
Donde el deseo sólo crece con el paso del tiempo,
sel vuelve locura, con nombre de amor.
Amarte en silencio,
silencio ha de ser, pues esta bestia implacable
te desea cual ayer,
de tu muerte llenarme, en tus ojos caer,
pues tu oscuridad quiero, ser libre
de esta vida tan fiera,
ceder ante la dicha, de en tu nombre
morir de sed.
Amarte en silencio,
pues no seré tuyo,
pues nunca lo fui...
mi entrega,
tu orgullo,
nos aniquila,
pues libre es tu mundo,
y yo, prisionero de tu ardid tan femenino.
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