17 de febrero de 2008

Conciencia contra Razón


José era un hombre mediano

Como tantos que hay en el infierno.

Pero José era demasiado ingenuo:

A su Conciencia le estaba mintiendo.

José era muy desdichado.

aunque aún conocía el amor.

Pero a espaldas de Conciencia

Disfrutaba del vulgar dolor.

Razón tenía bella apariencia,

Sus labios negros eran fría pasión.

Su mirada horriblemente densa

Aunque placentera era la emoción.

Razón tiene el perfecto defecto:

Quien seducirla consiguiere

Y robarle el anhelado beso

Debe elegir: esclavitud o muerte.

José no tardó en ceder,

Y logró aquel acto deshonroso:

Conciencia se enteró al instante…

Conciencia estaba malherida.

Decidió quitarse la vida.

Pero mientras José viviera

Descansar nunca podría.

Decidió lejos esconderse

En el gran bosque de la amargura:

Lleno de cadáveres hermosos

De seres con mala fortuna.

Todo el odio que sintió

Algún día sería consumado.

Podrá castigar al traidor

El día del jucio de pecados.

José estaba enamorado.

Pero un error había cometido:

No por herir a Conciencia,

Ni por su mal raciocinio.

Razón lo había esclavizado,

Razón lo hizo insignificante.

Razón lo hizo alguien asqueroso…

Razón se ocultó a si misma

Tomando el lugar de su amada.

Pero no podía tomar sentimientos

Si el ya no pensaba en nada.

José era totalmente

Un fétido ser mecánico

Que emanaba horribles desechos

Mezclados con hierba y tabaco.

Razón no pudo con José.

Razón decidió alejarse.

Aunque José no estaba solo:

Locura aún quería quedarse.

José y Locura se divirtieron

Como jamás lo hicieron nunca.

Locura era tan versátil

Y José apartaba su amargura.

Conciencia debía ahora actuar:

Su bosque estaba cayendo,

Su bosque tan preciado

Que durante años le brindó techo.

Conciencia salió a la luz

A ver que es lo que pasaba.

Vio a José con su vieja amiga,

La que ella tanto adoraba.

Una vez más traicionada,

Conciencia se sintió miserable.

Pero era tiempo de matar

Y recuperar lo rescatable.

Conciencia atacó a Locura

Y la mató por la espalda.

José estaba devastado.

José por dentro se quemaba.

Conciencia mató a aquel ser

que sólo a José supo amarlo.

Y quiso tomar venganza:

No quería a Conciencia a su lado.

José se auto acribilló

Con un triste cuchillo en mano.

Conciencia quedó hecha trizas.

Ambos murieron desangrados.

¡Que no se entere jamás el hombre

Ni mucho menos con estas líneas

De lo que es capaz la Razón

Si cedemos a sus cuestas!

La razón es la causa del mal,

Aún siendo un mal necesario.

Es imposible no ceder

A quedar de ella enamorado.

La soberbia es su prima causa.

La belleza es su gran medio.

Es el único invento humano

Que no irá nunca al cementerio.

Su cadáver no será hermoso

Ni su fruto perecedero.

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