1 de septiembre de 2024

El mimo

Vulnerable. Inconcluso. Sin pasado, ni futuro. No hay canciones, ni epopeyas, ni heridas de crueles guerras. Lo tengo todo, todo entre nada, soy rico entre las envidias. Mi círculo es pequeño, y a pesar de ello, la soledad parece tan ajena. Pero toda esa paz pesa. Estoy tan roto, de todas maneras. Soy efímera paz entre las tormentas. Hay tanto ruido, ruido allá afuera. Me duele tanto que ya no duele. Escondo gritos sordos bajo lunas nuevas, donde ni su luz a mirar se atreva, por desdén más que por verguenza. Escondo gritos sordos, tan solo esperando que lo que dicen jamás se sepa. 

6 de junio de 2024

Need a ride



Tengo diez mil noches

que vengo aqui, solamente a postrarme, 

No me quedan reverencias, 

sólo paciencia, para esperarte.

Eliges no mirarme aún, 

tan humana, tan exquisita, 

he aprendido a disfrutarte, 

disimulo, cada que pasas.

Pero un buen día, cederás, 

y subiré a tu nave, de un brinco, 

me nombrarás cada estrella, 

y yo aprenderé, como infante, 

con tanto tiempo por delante,

para sentir, para amarte,

y cuando ya no me quede 

nada más que ver o imaginar, 

en tu velo seré cresta, 

seré valle, seré oscuridad.

27 de julio de 2023

Canto gélido

Este atardecer tan largo, me mece entre sus vientos, 
entreteniendo mi sed del final de los destinos
me aferro a lo que puede ser, lo que mis brazos no alcanzan,
ni este canto gélido, ni todo mi ímpetu me acercan
Todo lo que fui quedó atrás, 
trazas, pedazos de metas por debajo de mí,
pues qué más se puede ser que vacío, 
ser omnipresente, penetrarlo todo, 
y aquí estoy atascado en la existencia, 
siendo luz y siendo viento,
siendolo todo menos eterno. 

11 de diciembre de 2021

Chasquido

dejame mirar, directo, a esos pozos gravitatorios
que ocupan el espacio que antes eran tus ojos
deja sumir mi ruido mental, incontenible, en ellos
que mi lengua ya no los rebusque, ni me den calor
dejame besar tu fría piel, que hiele mi sangre
que tu indiferencia es caricia, ante el yugo del universo
que quiero irme de estas tierras, ignorado
pero sólo por tí, tan sólo por tí
déjame dejar de sentir, pero a cuesta tuya,
que los árboles tiren hojas por última vez
y que nada viva, nada renazca, todo jirones,
que se sequen mis manos al tocar tus piernas,
que las aves caigan, no de hambre, sino desidia,
al acercarse a este vacío, decidan dejar de volar, 
porque no hay rumbo, y no hay origen,
aunque desde el infierno mismo pareciera
que el epicentro del silencio sí existe,
y lleva tu nombre, da igual, en poesía o rezo
déjame respirarte, y que todo acabe, 
sin terminar de enterarme si esta luz sin fin
viene del fin mismo, o tan sólo de tí 

29 de noviembre de 2021

Hace pocos ayeres estoy despierto. La revolución cognitiva que sufrió este mundo me debilitó. 

Y ahora que estoy de vuelta, navego entre las nubes, esperando que mis súbditos no hubieran agudizado su vista, pues no es momento de mi descenso entre sus cuerpos mortales y sus mentes pequeñas. 

Entonces, un enorme artefacto roza mi brazo, casi mutilándome. ¿Pero qué ha pasado aquí? Me acerco al artefacto. Es claramente hecho por el hombre. Sus imperfecciones, sus formas primitivas, sus intrincados mecanismos para permitirle seguir en el aire, y no ser destruído por mi aire. Tiene pequeños muros de cristal, me asomo por ellos. 

Hombres, ¡muchos hombres! Los veo, murmurando, consumiendo información en una especie de portales construídos por ellos mismos. Nada de lo que dicen las pantallitas ni las extensiones sonoras que salen de ellas, nada habla de mí. ¿Habrá bastado un milenio para haber sido olvidado? Les había enseñado a guardar silencio, a obedecer, y a rendirme culto. Y bastó un milenio para degradarme en el olvido. ¡Miserables!

Pero lo que más me molesta... No, siendo sincero, es tristeza lo que me provoca. A mi gente, le dí un idioma. Para que se entendieran. Para que no pelearan entre ellos. O para que, si peleaban, lo hicieran pagando con el honor de su propia sangre. Y en cambio, los escucho hablar. Y escucho hablar a los aparatos que construyeron. A los pequeños dentro del artefacto volador. Al artefacto volador mismo, por el cual francamente estoy fascinado. Pero... Es que es tanto, ¡tanto ruido! ¡Tantos lenguajes! Me da tristeza por ellos, porque son más lenguajes de los que pueden asimilar. Y hablan de tantas cosas... Hablan de números, de formas, de pensamientos nuevos, de cultos nuevos y viejos por igual. 

He notado parte de esa habladuría de las máquinas, algunas se dirigen más allá de mis dominios del cielo. Otras se dirigen hacia abajo, a las tierras pobladas. Me dirijo abajo, hacia donde puedo ir. 

Todo ha cambiado. Ha cambiado tanto. 

Tanto caos. Tanto conocimiento generado en mi ausencia. Mucho de este conocimiento, lo generó la misma gente. 

Tenía intención de volver, de hacer orden, de buscar culpables y castigarlos. 

Pero parte del temor y del poder sobre ellos provenía de ser conocido, de mi reputación como agente de cambio y destrucción. 

Ellos consiguieron ser sus propios dioses, y están tan ocupados adorando a sus dioses nuevos, que han cedido esa responsabilidad a las mismas máquinas que crearon. Supongo que necesitan nuevos líderes, así que los fabricaron. 

Oh, mis hijos, les hice tanta falta, y ahora que he vuelto de mi reparador descanso, en su desespero crearon a otros como yo, pero sin alma, con sólo forma corpórea, alimentada de su propia y torcida concepción del mundo. 

Creo que no volveré a ser adorado, o temido. No volveré a ver altares en mi nombre, ofrendas, sacrificios. Todo eso se ha ido. 

Lo siento mucho, mis niños. Han olvidado mi idioma, el idioma de los árboles y del viento, y han tenido que crear tantos idiomas más, buscando hablarse entre sí tan eficiente y elocuentemente como cuando lo hacían estando yo entre ustedes. Y ahora, aunque menos sangre se derrama, la felicidad es más profunda, y la tristeza más hiriente. Su nuevo concepto de equilibrio es tan tosco, alejado de lo que les enseñé. Y ahora, a pesar de ser más de ustedes, y de tener el poder de salir más allá de mis dominios, por encima del cielo, y de conquistar otros mundos, decidieron conquistarse a sí mismos, este nuevo poder cognitivo que adquirieron. Y puedo ver que están fallando. 

Y, cuando eso pase, si aún lo desean, podré volver a ser su líder, su maestro, su señor. 

Entretanto, ¿qué hace un Dios para pasar el rato en un mundo donde no es ni la sombra de lo que fue?


25 de octubre de 2021

Amor zombie

Entré a tu aposento sin saber
si hoy me recibirías,
tu piel me invita a quedarme,
y tu silencio me excita

Desde tus pies mis labios viajan
hacia la honda penumbra,
no te muevas, solo siente
la noche también desnuda

Ven, odiemos al día juntos,
que nos veta de querernos,
solo somos dos espíritus
bailando en el cementerio

Naufraguemos

La oleada paró, la última brisa se detuvo ante mis pies.
Pero yo no estaba en pie. Yacía, boca abajo, besando sin querer
el suelo del que tanto quería ascender. 
El sopor es tan abrumador que tiene peso en sí mismo,
y sustancia, y forma, la forma del mismo mundo
desde el que tanto quería ...

Es todo tan lleno de nada, tan asfixiante vacío,
que ya no espero un lugar, sino un tiempo,

el tiempo de la tormenta, la más grande, la más devastadora,
la tormenta que le de movimiento a este sopor,

pues no es lo omnipresente lo que me aniquila,
sino tan sólo la quietud, la inevitable quietud,
la que sobrepasa toda fuerza que me queda,
la que tensa los músculos, y espera paciente
a que me libere, me convierta en un suspiro,
y como un suspiro, me desvanezca y forme parte de nada. 

Hay tanta paz en esta profundidad, 
tiene forma del descanso que tanto esperaba.
Pero no sé en realidad de qué quiero descansar. 
Por primera vez en mucho tiempo
tengo una idea en el consciente 
que sólo mi subconsciente conocía.
Por primera vez en mucho tiempo
sé que no quiero morir aún. 

Y cuando la tormenta se huela,
con toda su amenaza derramada en los corazones,
mis fuerzas volverán, pues soy un ser de caos. 

6 de agosto de 2021

Habitas entre tres mitologías

 

Cuando comencé a escalar, noté como el frío empezaba a hacer notar su presencia. Anunciándose a sí mismo, presagiando la dificultad de mi empresa. Presagiando las ganas de volver a la comodidad del fondo, Tan lleno de vida, y a su vez, tan vacío. 

Traigo a la espalda mi mejor escudo, y en mi costado mi más fuerte espada. Todo sería tan fácil si las dejara a un lado, caer, con suerte, que alguien las recoja. O que se pierdan para siempre, sin que nada importara. 

Pero un día, llegó, sin anunciarse. Solo haciéndose corpórea. Más ligera, más viva y más audaz que cualquier otra cosa que has visto. Ella, el Viento del este, podía ascender con más ímpetu, e incluso estilo. 

Cuando pasaba a mi lado, me acariciaba y me daba calor, parte inspiración, parte fuerza. Y parte presumida, porque esas caricias en el alma eran una demostración quirúrgica del porqué su imparable fuerza le ahorraban la necesidad de cargar con armas. Quizá, el Viento del este, era toda ella un arma. Un arma sentiente con el poder de tres o cuatro. 

Conozco la maldición de los de su especie. El ser tan vivaz vuelve inherente encontrase con más enemigos. Con más obstáculos. Se que sopla fuerte porque está preparada para eso. Sus batallas son mas épicas, y sus victorias más satisfactorias. Su precio es más alto, pero solo porque puede costearlo. 

Estoy más cerca de llegar a mi destino. Tengo un dragón que cazar. Descansando en la cima, esperando a por mi. Solo espero que el Viento del este, una vez más, me de una bocanada de luz, tan solo al pasar, solo para tener un extra de fuerza en los brazos, solo por si acaso. 

Y quien sabe, si algo como el Valhalla existe, cuando llegue el fin, no me dejaría de engalanar siendo destrozados yo y mi espada, de día, por su furia, y compartiendo ale y comiendo cabra asada de noche, entre grandes campeones, donde pertenece. 

24 de junio de 2021

Escudero

Cada vez que me tocas

Me hieres, pero no me haces daño

La carne se lacera, tan punible

Mi mirada quiere torcerse,

pero mi voluntad la fija en tí

Cada vez que eres, que tú eres

Dejo de ser sombra, y soy

Y toda agonía se para, en seco

Pues cuando abres tus garras aladas

Me siento en una armada de dos, 

Tú siendo el angel fulminante,

Yo el paladín preparando el terror

Caeré primero, pero importa poco

Porque cada vez que me tocas 

Recuerdo mi fuerza, y la misión

Estas tierras vastas llevarán tu nombre

Tal como en el pecho lo llevo yo

18 de junio de 2021

The day that I had Earth exposure

I looked away, missing the window

The whole night shook off, it shook me off

It was a heavy raining, backwards,

like sucking life right from the floor.


Didn´t want the breeze, missing the window,

it´s precious crystal to gymmick the feel,

the rain was splashing, I realy didn´t know,

I needed so muck a drink upon me


My spaceship´s lost, and I´m long gone,

I miss that whole nothing, to be free, to be numb

I miss not being human, but just a lone soul,

I miss that window that you just broke

Afraid of this freedom that was meant for me,

of the abysm that seems the ground touch,

feels like this jail just got so bigger, 

and my mind travels backwards, 

as the rain goes on