Cada vez que me tocas
Me hieres, pero no me haces daño
La carne se lacera, tan punible
Mi mirada quiere torcerse,
pero mi voluntad la fija en tí
Cada vez que eres, que tú eres
Dejo de ser sombra, y soy
Y toda agonía se para, en seco
Pues cuando abres tus garras aladas
Me siento en una armada de dos,
Tú siendo el angel fulminante,
Yo el paladín preparando el terror
Caeré primero, pero importa poco
Porque cada vez que me tocas
Recuerdo mi fuerza, y la misión
Estas tierras vastas llevarán tu nombre
Tal como en el pecho lo llevo yo
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