9 de octubre de 2008

Hambre incidental

Incesantes campanas tocan a mis oídos. Los destrozan.

Estoy aturdido, contrariado, soy capaz de chocar contra las paredes y goplearme hasta desangrar.

Esperen... ¿Qué es esa mancha de sangre?

Hahahaha!! es mia! es de mi frentte, ni me di cuenta. Bueno, mugre con mugre no se ve mucho.


No se que me pasa. Tengo increíbles ganas de oir reguetón. ¡Carajo, que eso me preocupa!

Alguna vez me ha pasado. Me desespera. Me desespera no saber que pasa. Me desespera no poder rascrme la cabeza puesto que mis brazos están en el otro cuarto, y las uñas deben estar por ahí en la basura que barrí hace dos días.

Me aguanto, pues. Me vale madres que se estén echando a perder. Pinche Baudrillard, algo tenías de razón. Vivo en un mundo falso, siempre creí que mis brazos eran musculosos, y ahora resulta que tienen gusanos y apestan a muertos.

Debió ser en el último ataque de nervios.

¡Es cierto! Ya se lo que es.

TENGO HAMBRE.




Genial. Refri vacío. Pero no importa. Voy a hacerme un té, ya encontré cabellos tirados en el suelo, todavía les debe quedar sabor.

A ver si puedo manejar la tetera con los pies. Pinches brazos están bien lejos.


4 comentarios:

  1. Pueden decirme idiota si quieren. Pero de ninguna manera soy más que ustedes.

    Esto fue un ejercicio de insensatez. Lo practiqué y no me gustó... del todo. Sólo lo necesario.

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  2. No creo que sea idiota Al hrrera, es interesante lo que escribes siempre.

    Hace unos días vine a leer, no tenia mucho tiempo, asi que pase , mire que habia un poema que ahora ya no está, lo borraste? u qué.

    Regreso luego.

    Un abrazo

    María

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  3. Hee, de idiota nada!.
    Me ha gustado esta manera de expresarte, muy crudo eso si..
    Abrazos.

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  4. Me gusto esa idea del regueton como sintoma de desequilibrio, y abrazo, y gusto en leerte, Roger

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Sea usted libre de escribir lo que quiera en este espacio. No busco que mis lineas le gusten, sino que remuevan sus sensaciones...