Quise escribir en este espacio una analogía al color rojo. Pude citar la sangre, la carne, los ojos vampíricos, el aroma de la muerte... Pero no. Este blog es rojo porque yo lo deseo. Eso debería bastar.
13 de abril de 2014
Juglar
Hoy voy a cantar una historia,
la historia de tu encanto, aquel que asoma de tus ojos
como una metralla de avispas
tomándome por su enemigo,
hinchándome el alma, tornándome rojo,
asfixiando mi cordura sin derecho a agonía.
Voy a cantar la historia
de nuestras pieles guerreras,
cegadas febrilmente de amor sin tregua.
Luchando cuerpo a cuerpo, creando micropercusiones
cada que mis manos manchan de deseo
la frágil armadura de tus piernas.
La historia más corta jamás contada,
de nuestros corazones brindando al caos.
¿pues qué es amar, sino una forma armoniosa
de experimentar la odisea del caos?
La irreparable explosión de nuestras miradas cruzarse,
deseando que las almas tuvieran voces
para cantarnos eternamente al oído...
La historia de la ternura, de tu malicia y de tu llanto,
que son tan tuyas como mi ser,
entusiasmado por el hecho de saberte, y de saber
que no se gastan las palabras cuando tienen intención.
La historia, pues, sin demorar más en relatarte,
es que te amo, te amo demasiado...
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