Me clausuran en mí.
Me dividen en dos.
Me engendran cada día en la paciencia
y en un negro organismo que ruge como el mar.
Me recortan después con las tijeras de la pesadilla
y caigo en este mundo con media sangre vuelta a cada lado:
una cara labrada desde el fondo por los colmillos de la
furia a solas,
y otra que se disuelve entre la niebla de las grandes manadas.
No consigo saber quién es el amo aquí.
Cambio bajo mi piel de perro a lobo.
Yo decreto la peste y atravieso con mis flancos en llamas
las planicies del porvenir y del pasado;
yo me tiendo a roer los huesecitos de tantos sueños
muertos entre celestes pastizales.
Mi reino está en mi sombra y va conmigo dondequiera que vaya,
o se desploma en ruinas con las puertas abiertas a la
invasión del enemigo.
Cada noche desgarro a dentelladas todo lazo ceñido al corazón,
y cada amanecer me encuentra con mi jaula de obediencia en el lomo.
Si devoro a mi dios uso su rostro debajo de mi máscara,
y sin embargo sólo bebo en el abrevadero de los hombres
un aterciopelado veneno de piedad que raspa en las entrañas.
He labrado el torneo en las dos tramas de la tapicería:
he ganado mi cetro de bestia en la intemperie,
y he otorgado también jirones de mansedumbre por trofeo.
Pero ¿quién vence en mí?
¿Quién defiende de mi bastión solitario en el desierto, la sábana del sueño?
¿Y quién roe mis labios, despacito y a oscuras, desde mis propios dientes?
Me dividen en dos.
Me engendran cada día en la paciencia
y en un negro organismo que ruge como el mar.
Me recortan después con las tijeras de la pesadilla
y caigo en este mundo con media sangre vuelta a cada lado:
una cara labrada desde el fondo por los colmillos de la
furia a solas,
y otra que se disuelve entre la niebla de las grandes manadas.
No consigo saber quién es el amo aquí.
Cambio bajo mi piel de perro a lobo.
Yo decreto la peste y atravieso con mis flancos en llamas
las planicies del porvenir y del pasado;
yo me tiendo a roer los huesecitos de tantos sueños
muertos entre celestes pastizales.
Mi reino está en mi sombra y va conmigo dondequiera que vaya,
o se desploma en ruinas con las puertas abiertas a la
invasión del enemigo.
Cada noche desgarro a dentelladas todo lazo ceñido al corazón,
y cada amanecer me encuentra con mi jaula de obediencia en el lomo.
Si devoro a mi dios uso su rostro debajo de mi máscara,
y sin embargo sólo bebo en el abrevadero de los hombres
un aterciopelado veneno de piedad que raspa en las entrañas.
He labrado el torneo en las dos tramas de la tapicería:
he ganado mi cetro de bestia en la intemperie,
y he otorgado también jirones de mansedumbre por trofeo.
Pero ¿quién vence en mí?
¿Quién defiende de mi bastión solitario en el desierto, la sábana del sueño?
¿Y quién roe mis labios, despacito y a oscuras, desde mis propios dientes?
Olga Orozco (Poeta Argentina).
La imagen es de Die Form.
Woow, tremendo poemazo, fuckbro!!!
ResponderEliminarQue gran poema, esta repleto de tristes verdades, como siempre es un placer visitar tu espacio.
ResponderEliminarBesitos
Silvia
Inquietante poema, lo que más me ha sorprendido es la última frase, pero es una sorpresa que gusta.
ResponderEliminarUn saludo!
interesante selección, y si es por mi, me quedo ocn los versos iniciales.
ResponderEliminarbrillante, pero eso suele suceder aquí.
saludos
jonessy
Me encanta Olga Orozco. De las pocas grandes poetizas que hemos tenido en américa.
ResponderEliminarSería un gusto para mi hablar contigo y responder lo que me preguntas.
¿Tu msn es el que sale en tu perfil no?
Gracias por pasar por este espacio condenado.
ResponderEliminarJonessy: Aún me faltas ponerme al tanto de tu historia. Tengo mucho que leer.
Alejandro: En efecto. Ese es mi msn. No dudes en agregarme, si así lo deseas.
Samantha: Veo que has pasado por aquí más de lo usual. Te lo agradezco infinito.
La religión no me es un tema de prioridad como lo fue tal vez en algún momento. Aunque no tengo problemas con la religión en si, son asuntos puntuales, que alguna vez te comenté.
ResponderEliminarSin embargo, si ha cambiado mi postura frente a la religión puede ser en el sentido de que trato de ser más ecléctico. Lo que no me gusta es lo que prentende el adoctrinamiento, los dogmas absolutistas y sesgados.
Honestamente no entedí mucho a lo que te refieres por lo tanto te respondo desde lo que interpreto de tus palabras. Pero no te preocupes, yo intuyo tus puntos de vista respecto a este tema y eres libre acá - en mi blog - de opinar y el desacuerdo es sano, el debatir. Hacemos un acto de Mayeutica y salimos ganando ambos.
No juzgaría, menos insultaria porque piensas distinto, me parece una vulgaridad y una falta de intelecto y cultura insultar lo que es divergente a nuestras creencias.
Gracias por comentar y leer.
Saludos.
No hay quien haga nada, solo tú puedes hacerlo. Tu dolor, tus sueños y tus delirios, solo a ti te pertenecen.
ResponderEliminarEres inquietante, pero me fascinas!
Un besin.
Siempre hay seres entrañables como tú, cazadores de tesoros literarios que poneis a disposición de todos de una forma magnífica sus letras....gracias y un beso muy grande de azpeitia
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