Te espero.
He estado esperando mucho tiempo. He esperado las respuestas que traes contigo. Los secretos que se esconden tras tus iris rojos. La suerte de calamidades que me esperan...
No te imaginas cuantas veces he esperado por esto, cuando me tomarás y me llevarás contigo al mundo del sueño eterno, la doctrina onírica perfecta, donde no hay sufrimiento si yo no lo pido, donde no hay felicidad si yo no la pido.
Te veo muy cerca, hermanita. Veo tus halos de frío delicioso recorriendo mi rostro, en un ademán casi incestuoso... pero yo sé que eres justa y decente. Yo se que vienes a protegerme del mal cuando en verdad llegue: el mal de la vida sin rumbo.
Sé que debo esperarte, un poco más, una eternidad no es nada ante tus iris rojos. Lo sé por la manera en que me sonríes cuando solicito tu presencia. Estoy dispuesto a esperar muchas cosas. Es sólo que a veces me canso de esperar. No es de mi naturaleza ser paciente. Sé que eres un ente muy ocupado, y por eso te entiendo. Y también entiendo que deseas que el mundo te mire con buenos ojos. Porque no eres mala, no es mala la Muerte, sino que es malo el que abusa de tí. He visto tantas aberraciones en nombre del poder, tantas donde eres una victimaria, he visto las posibilidades de la teoría de la Destrucción Mutua Asegurada, he visto cómo el hambre ciega las mentes y hace caer al humano en el error más asqueroso: el de hacer tu trabajo, sin escuchar tu palabra.
Te espero, con la paciencia que has mostrado hacia mí.
Muero esperando la muerte.
ResponderEliminarUn abrazo Al.
María