Quise escribir en este espacio una analogía al color rojo. Pude citar la sangre, la carne, los ojos vampíricos, el aroma de la muerte... Pero no. Este blog es rojo porque yo lo deseo. Eso debería bastar.
19 de noviembre de 2018
¿Hoy no te rindes?
deja de esforzarte
es claro que esa lucha no va a dar a ningún lado
las buenas intenciones son finitas, y ya quemaste las tuyas
deja de esforzarte en amar, en ser empático,
en luchar por valores que no te traen nada,
ni malo, ni bueno,
simplemente están ahí
para impedirte ser lo que ya no puedes ser de todos modos
deja de esforzarte
siente el precipicio
cómo atraviesa tus orejas
y las comisuras de tus dedos cansados
cómo crean la música
que siempre anhelaste crear
pero no te atreviste
porque lo creíste fútil
porque no es algo para todos los días
excepto este preciso momento
que tienes tantas ganas de caer
deja de esmerarte
en ser para ti, en ser para que te vean,
el propósito es el mismo, e igual de ególatra,
y de todos modos
habrás de perecer
deja de esforzarte
que jirones ya eres
deja de esforzarte
y salta, salta por fin
31 de octubre de 2018
Play me
Sígueme un momento, al clavicordio.
¿Lo notas, no? No es melancolía por un sentimiento. Pero sí por una época.
Ese es quien soy yo. Otro tiempo, preservado en éste. No mejor ni peor que otros. Sólo distinto.
He matado tanta gente, tantos poemas, tanta música, tantos retratos. Todos se han ido. No muchos más o muchos menos que este lugar.
Síentate. Siéntate un momento. Siente las teclas. Dejé de ser tiempo y ahora soy lienzo. Píntame.
Ya puedo sentir tu métrica. Tus pulsaciones. La melodía, en forma de clavo y en forma de caricia. Se quedan, se quedan ahí. Ya puedo sentir cómo no se irán.
Y ahora que mi timbre te define y tu pieza me define, seamos inseparables, por algunos seis minutos. Explora todo, explora a dos manos. Haz temblar el aire, ahuyentar los fantasmas que alguna vez hicieron porquería los sentimientos de alguien.
Quizá para hacerlo de nuevo.
Pero no, no me cuestiones. Sólo obedece. Ya has empezado. Termina, y termina bien. Esta tarde copiosa y llena de emociones guardadas no soy inerte. Soy instrumento, y soy instructivo. Soy tiempo y soy esencia.
Y si has de repetir a quien estuvo antes que tú, entonces dalo todo de tí. Haz que valga la pena. Antes que el golpe de las virutas de tus dedos, al percutir el marfil, exhale la última de las gotas de tu alma.
Y me olvide de tu nombre. Pero no de tí.
4 de septiembre de 2018
Convicción
Que poco saben los expertos. Escriben libros, dan cátedras, hacen conferencias. Que poco, que poco saben.
Te digo que el amor si es eterno.
Que saben ellos, que nunca se han desvelado vigilando los sueños de esa persona. Prediciendo su futuro, imaginando como es contigo, como es sin ti. Maquinando el pasado para que el presente cuadre. Imaginando la tragedia y la heroica solución. Donde por supuesto tu estas presente. Diseñando el legado, dándole nombre y hasta color de piel. Que saben ellos si nunca han soñado, y cuando han soñado sus sueños de han ido al traste.
Pero te lo digo yo. Es eterno. La muerte no hará mella. Ya me he encargado de eso.
Me olvidé de su nombre. De su rostro. De su aroma. Del tono de su voz cuando me contaba sus sueños. Del frío de sus manos cuando me tocaba el rostro, y el calor de su pecho cuando me abrazaba. Dicen mis amigos que ya no la amo. Esas son mentiras.
El amor es eterno, te insisto y te espeto. Los expertos no saben ni un carajo sobre amar fantasmas.
Te amo, fantasma sin nombre, sin aliento y sin recuerdos. Te amo, donde quiera que estés. Espero reunirme contigo pronto, y ser juntos locura, entropía, pasión en algún trozo de memoria, un particularmente ordenado conjunto de electrones destinados a ser, a su vez, fantasmas de algo que tuvo significado.
Y a todo esto, ya en serio, ¿como se llamaba?
Te digo que el amor si es eterno.
Que saben ellos, que nunca se han desvelado vigilando los sueños de esa persona. Prediciendo su futuro, imaginando como es contigo, como es sin ti. Maquinando el pasado para que el presente cuadre. Imaginando la tragedia y la heroica solución. Donde por supuesto tu estas presente. Diseñando el legado, dándole nombre y hasta color de piel. Que saben ellos si nunca han soñado, y cuando han soñado sus sueños de han ido al traste.
Pero te lo digo yo. Es eterno. La muerte no hará mella. Ya me he encargado de eso.
Me olvidé de su nombre. De su rostro. De su aroma. Del tono de su voz cuando me contaba sus sueños. Del frío de sus manos cuando me tocaba el rostro, y el calor de su pecho cuando me abrazaba. Dicen mis amigos que ya no la amo. Esas son mentiras.
El amor es eterno, te insisto y te espeto. Los expertos no saben ni un carajo sobre amar fantasmas.
Te amo, fantasma sin nombre, sin aliento y sin recuerdos. Te amo, donde quiera que estés. Espero reunirme contigo pronto, y ser juntos locura, entropía, pasión en algún trozo de memoria, un particularmente ordenado conjunto de electrones destinados a ser, a su vez, fantasmas de algo que tuvo significado.
Y a todo esto, ya en serio, ¿como se llamaba?
30 de julio de 2018
Tenía un rumbo. No así la claridad.
Pero eso no importaba. Tenía un rumbo.
Y lo comencé. Gastando mis suelas,
y toda mi esperanza en salir airoso.
Pero eso no importaba. Tenía un rumbo.
Había pasado tiempo, una época,
si así lo prefieres llamar, de completo olvido.
Me duele tanto haber ignorado tu presencia
por toda una época. Por favor no me juzgues,
también te sentí distante, y decidí avanzar,
hacerme un poco humano, y seguir adelante.
Pero los destinos no son de vivencias.
Son los caminos, y también de coincidencias.
Quería mirar tus ojos vacíos, una vez más,
y no lo sabía hasta que los tuve enfrente,
hasta que tu dulce canto me electrificó el cuerpo.
Amo ser la nada, y que conmigo lo seas todo.
Contenemos todo aquello que convierte al hombre en ruin.
Custodiamos lo más puro, que no debe ser tocado,
lo que parece roto, pero es mucho más bello así.
Sabes bien cuan tentador es perderme en tu regazo,
perecer mi alma y mi cuerpo en tu frío y en tu cuidado.
Pero hay un lugar, en el espacio, quizá en el tiempo,
donde ni siquiera la luz se ha atrevido a echar un vistazo.
Mira mis pies, mira dónde te has parado, estás justo enfrente,
y necesito más que nunca que, mas bien, estés a mi lado.
Acompáñame un rato, hagamos estragos,
inspiremos equilibrio con el nuestro, tan vibrante.
Y un día, por gracia divina, lejano,
mis dientes o tus garras lo acabarán todo.
Pero eso no importaba. Tenía un rumbo.
Y lo comencé. Gastando mis suelas,
y toda mi esperanza en salir airoso.
Pero eso no importaba. Tenía un rumbo.
Había pasado tiempo, una época,
si así lo prefieres llamar, de completo olvido.
Me duele tanto haber ignorado tu presencia
por toda una época. Por favor no me juzgues,
también te sentí distante, y decidí avanzar,
hacerme un poco humano, y seguir adelante.
Pero los destinos no son de vivencias.
Son los caminos, y también de coincidencias.
Quería mirar tus ojos vacíos, una vez más,
y no lo sabía hasta que los tuve enfrente,
hasta que tu dulce canto me electrificó el cuerpo.
Amo ser la nada, y que conmigo lo seas todo.
Contenemos todo aquello que convierte al hombre en ruin.
Custodiamos lo más puro, que no debe ser tocado,
lo que parece roto, pero es mucho más bello así.
Sabes bien cuan tentador es perderme en tu regazo,
perecer mi alma y mi cuerpo en tu frío y en tu cuidado.
Pero hay un lugar, en el espacio, quizá en el tiempo,
donde ni siquiera la luz se ha atrevido a echar un vistazo.
Mira mis pies, mira dónde te has parado, estás justo enfrente,
y necesito más que nunca que, mas bien, estés a mi lado.
Acompáñame un rato, hagamos estragos,
inspiremos equilibrio con el nuestro, tan vibrante.
Y un día, por gracia divina, lejano,
mis dientes o tus garras lo acabarán todo.
14 de abril de 2018
Mi canción de amor
Sense here, touch me, under my skin,
you feel that? the thickness that kills
Slice, hard, quick, the sharpness's gone,
you got no more knife, but still got theeth
Get through, and devour me!
I feel so tasteful
Season my wounds, punch me hard
You in my mouth, this is what I want
You've never hated so much before,
after this night only one will stand
Get through, and devour me
You are so mine
Shut your mouth, shut it at once
Hear, they're coming, astonishing bass
Flamethrowing tempest, we're both done,
the silent angels in funeral march!
Wrap my limbs, I'll take your wings
I'll share your flesh with noone else
Flee, cannibalistic lover,
They'd rather take my soul than my shreds
Get through, and devour me
red ritual
Imagen por TheFoxAndTheRaven
9 de marzo de 2018
Blande tu espada porque sí
Podrías aniquilarme dos veces más.
La primera por idiota, la segunda por sabor.
Sin embargo me miras, y sigo en pie.
Olvidaste las reglas.
Te dije que los ojos pueden acariciarse,
que las palabras pueden desdecirse,
el viento puede regresar por donde vino.
Olvidaste las reglas.
Te diste cuenta que los poemas son monótonos,
y con el tiempo tu vida entera era prosa cruda,
espinada, falible y empalagosa.
Olvidaste las reglas.
Pero están ahí, en un librajo, arrumbado al fondo,
esperando algún día desempolvar algunos regaños.
Olvida tú, ignoro yo, el orden ya no importa.
¿Volveremos a ser uno?
¿Volverán las canas a nacernos por pensarnos, por odiarnos?
¿Volveré a sentir escalofríos al verte?
Amo saber que en las manos tienes
unas tijeras afiladas de moral,
de una hoja tan brillante, tan mortal,
y habiendo transcurrido los siglos,
habiéndonos roto los huesos tantas veces,
no has terminado de cortarme.
No espero volver a ver la lluvia
cuando mis pasos lastimaban tu tierra,
cuando mi espada portaba tu sangre
y eramos más enemigos que amigos.
No espero tener de nuevo ese poder,
de taladrar tu desespero, poseer tus sueños,
de hacerte temblar a mi parecer,
de hipnotizarte a base de engaños certeros.
Pero si un día esa lluvia vuelve,
la abrazaré como abrazo hoy a la Muerte,
como si fuera, y lo es, el preciado sustento
que separa la carne del oro de los dioses.
Y la enterraré en las catacumbas de mi sórdida mente,
donde ni tu creador podrá alcanzarle.
Y serán eternos, tú y la lluvia,
en esta máquina viajera, muscular y serena,
hasta que una supernova nos esparza.
27 de enero de 2018
sudo reboot
Tengo bastante hambre. Bien podría haber pasado un lustro y yo, teniendo una vida normal, igualaría esta sensación acumulada en un par de meses.
Esta vez es distinto. Tu lo sabes, el hambre pesa. El hambre se carga. No es un incentivo exclusivo al cuerto. Pero esta vez es distinto. Esta vez... te abrazo, y la necesidad de torturar se marcha. Y no la extraño. ¿Verdad que la necesidad de amar, de odiar, incluso de ser indiferente, verdad que todas esos improperios mentales se extrañan? No para mí. Ya no.
Cuando empiezas a leer, y cuando te topas por primera vez con esos poemas que dicen "ligero como una pluma, volar como un ave"... todas esas cosas te parecen cursilerías, a menos que estés tremendamente enamorado. Y ahora entiendo auténticamente de donde vienen. Sentirse mal por amar, sentirse mal por no amar. Ese parásito que te obliga a que el corazón palpite a una velocidad distinta de la normal, siempre, porque sí.
Se ha ido.
Siempre que tomaba una decisión realmente importante la tomaba porque no tenía nada que perder. Pero claro que tenía algo que perder. La sensación de vida. El pavor de hablarte. El dolor de no hacerlo. Siempre había algo que perder, algo valioso, algo que creía valioso, algo que creía que creerías valioso.
Se ha ido. Por fin.
Y, contrario a lo que pudieras pensar, esto ya no se trata de insensibilidad. Ya no me siento como un monstruo escondiéndose de las personas. Honestamente, y esta vez de verdad, me importa una mierda.
Mi alma es negra. Mi corazón, café. Mis ojos blancos y mi mente amarilla. Soy como bilis andando, esperando a mezclarse con otros humores. Verás, amar es una actividad muy desgastante. Amé mucho. Y me hice jirones. Sólo tenía que recuperarme. Como lo tienes que hacer ahora si quieres salir de tu encierro.
Claro que a veces duele. Es lo que pasa cuando te rompes los huesos y sanan. Pero... meh.
¿Amamos de nuevo?
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