Quise escribir en este espacio una analogía al color rojo. Pude citar la sangre, la carne, los ojos vampíricos, el aroma de la muerte... Pero no. Este blog es rojo porque yo lo deseo. Eso debería bastar.
9 de agosto de 2016
Rasguños
Habrá una tormenta, a unos kilómetros de aquí. La he visto al saltar, tenía forma de estrella. Incluso tenía luz propia. La veintena de mis uñas quiso rasgar un poco de ella, llevándose apenas jirones de helado de vainilla. Los puse en mis labios, sabían a muerte, sabían a caramelo. No vine a advertirte, porque sé que sabes cuidarte sola. Vine a avisarte, para que la disfrutes conmigo. Estoy en donde el tiempo no existe, las formas son inmensamente más grandes que aquí, y las almas son lo más entendible de todo lo alcanzable. Pero saldré de ahí y viajaré atravesando millones de túneles desliespaciales tan sólo para volver a verla, arrasando las vidas, que valoro más que nunca, pero me divierte ver cayendo, supongo, igual que tú.
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