13 de marzo de 2011

Trescientas estacas



A veces quisiera morder firmemente tu cuello

A veces quisiera decir que es menos que deseo

Quisiera juntar tus lágrimas y hacerles sepelio

Tragarme tu orgullo y morir bajo tus venenos

Dejar de aspirar cada aroma que contiene tu encanto

Dejar de tocar tu locura con dedos lascivos

Dejar de clavarme en las manos momentos tan tiernos

Conjurar palabras de amor, sin creer en su magia

Dejar de sentir trescientas estacas hechas de tu mirada

Asesinarte a la luz de la luna, y dejarte humillada

Beber tu sangre y tu éxtasis, dejarte desamparada

Sentir el dolor, pero ya no el mío... sino el de tu alma

Dejar de versar en tu causa, fijar mi atención en la nada

Merecer tu corazón, y perderme en él en un instante

Arruinar el poema presente, navegando entre tu cabello

Deseando descubrir tu espíritu a través del susurro de tu voz

Cubrir cada gramo de tu piel con mi solemne perdición

Sentirte tan cerca, tan cerca como una muerte atroz

Ver partir tu cuerpo lejos, mientras tu corazón

me odia sólo un poco a la vez, como lo hago yo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Sea usted libre de escribir lo que quiera en este espacio. No busco que mis lineas le gusten, sino que remuevan sus sensaciones...