¿Que hace el? ¿Que hace ella?
Amándose en carne más allá del bosque maldito,
odiando sus almas más allá del infierno de azufre y whiskey.
La luna los mira con envidia.
El demonio hace jirones y cenizas sus cabellos blancos...
Luna y Demonio envidian al hombre y la mujer.
Piden permiso al aire para amar,
y piden perdon a su dios para yacer juntos.
Luna y Demonio no tienen amantes,
y se miran a los ojos... Ella quema con su luz
la piel del capricornio. El gime de placer
ante semejante muestra de poder...
Luna y Demonio crean, de la pasión de la venganza
y de la unión de fuerzas eléctricas,
una criatura, que se encargaría de hacer infelices
al hombre y a la mujer...
una hermosa criatura
con fuego en los ojos y hielo en la piel.
Necrante creció, alimentado
de la ira de sus padres y la comida de sus enemigos.
Creció cultivado en la magia de la Luna
y la astucia del Demonio...
pero tambien, en la sensibilidad de los hombres.
¿Que hace el? ¿Que hace ella?
Preguntose cuando los miró,
frotando sus pieles y lanzando cánticos de calor,
preguntose cuando se acercó,
percibiendo el aroma del caos
y de algo que los hombres llaman amor.
Necrante se acercó, y embrujó a los dos amantes.
Tomó al hombre, lo hizo suyo encima de la hojarasca.
Tomó a la mujer, y la hizo suya, escondidos de la luz nocturna.
Miró sus ojos, estáticos, intentando sentir
eso que sentían los hombres
cuando se... amaban.
Pero ellos se pertenecían, al menos mientras
el clima cediera y sus aromas los atontaran.
Él sentía esa energía, pero no podia asimilarla.
Pues no era capaz de sentir como los hombres.
Solo recelo, desespero, odio y tentación.
(Tan lejos de sus padres, oh, criatura sin igual...
Pero sólo de hombres malos te podrás alimentar )
Bebió de sus fluídos, de su sangre, de su vida,
los dejo tirados en su recinto, ambos cuerpos
compartiendo el calor que les quedaba,
cantando cánticos de calor mientras aún respiraban.
Necrante, criatura negra y sucia,
no limpiarás jamás tu alma
con la purga de almas puras...
busca ese tesoro
al cual los hombres llaman amor
entre la podredumbre humana,
busca entre los violadores, asesinos,
traidores y estafadores,
busca entre aquellos que mienten,
los que desean y corrompen
más allá de la voluntad ajena,
pues entre los amantes verdaderos
jamás hallarás ese tesoro que buscas
en cantidad suficiente
para hacerte morir en paz...